Teorías económicas

Las dos grandes líneas de pensamiento en el estudio de la macroeconomía han sido la escuela clásica y la escuela keynesiana.

 

De estas dos grandes corrientes han ido surgiendo posteriormente nuevas tendencias.

La principal diferencia entre ambas escuelas gira en torno a su modelo de curva de oferta agregada:

Para los clásicos, que se fijan en el largo plazo como ya hemos visto, esta curva es vertical ya que la producción de las empresas viene determinada por el nivel de pleno empleo (se produce siempre a pleno rendimiento).

Para los keynesianos, que se fijan más en el comportamiento de la economía en el corto plazo, la curva de oferta es horizontal. A un nivel determinado de precios se produce aquello que la gente demanda.

 

Veamos ahora otras características diferenciadoras entre ambas corrientes:

a) Escuela clásica

Competencia perfecta en todos los mercados.

Precios flexibles al alza y a la baja, incluidos los salarios, lo que va a permitir que todos los mercados (de bienes y servicios, de dinero, de trabajo, etc.) estén siempre en equilibrio (si hay demanda u oferta insatisfecha, el ajuste de precios se encargará de que el mercado vuelva a recuperar el equilibrio).

El mercado de trabajo está siempre en situación de pleno empleo. No hay paro, el desempleo que pueda existir es de carácter friccional (debido al tiempo que la gente tarda en localizar un trabajo acorde con su capacitación) o voluntario (gente que no quiere aceptar el salario que le ofrece el mercado).

La producción ofrecida por las empresas viene determinada por el nivel de pleno empleo (a través de la función de producción).

Por tanto, la oferta domina sobre la demanda. La curva de oferta es vertical y es la que determina el nivel de producción de equilibrio: variaciones en la demanda tan sólo producen variaciones en los precios.

La política monetaria es ineficaz (neutralidad del dinero): las variaciones en la oferta monetaria sólo afectan al nivel de precios, sin que tengan ningún efecto sobre las variables reales (cantidad demandada, producción de equilibrio, salarios, etc., una vez depurado el efecto de los precios).

La política fiscal tampoco sirve, ya que la economía se encuentra siempre en una situación de pleno empleo, por lo que estas medidas al final sólo se traducen en subidas de precios. En definitiva, el Estado no debe interferir en la marcha de la economía.

Este modelo es especialmente adecuado para explicar el largo plazo.

 

b) Escuela keynesiana

Competencia perfecta en el mercado de bienes, en cambio no se da siempre en el mercado de trabajo debido al poder de los sindicatos (que impiden que los salarios bajen cuando hay desempleo).

La rigidez de los salarios a la baja en el corto plazo puede provocar que el mercado de trabajo no se encuentre en equilibrio y que exista paro involuntario (en el modelo clásico cuando se daba esta situación los salarios bajaban y desaparecía el paro, en el modelo keynesiano esto no se produce).

La producción ofrecida por las empresas trata de cubrir la cantidad demandada, siendo, por tanto, esta última la que determina el nivel de actividad de la economía y, con ello, el nivel de empleo.

El dinero en el corto plazo puede afectar al nivel de producción, ya que la economía no se encuentra siempre en el pleno empleo. La política monetaria puede tener efectos positivos.

También la política fiscal puede ser eficaz en el corto plazo para tratar de relanzar una economía estancada. En definitiva el papel del Estado es a veces necesario.

El modelo keynesiano es especialmente adecuado para el corto plazo.

 

c) Modelo de síntesis

Esta escuela, como ya hemos comentado, permite enlazar las teorías de Keynes (centradas en el comportamiento de la economía en el corto plazo) con las de la escuela clásica (centradas en el largo plazo).

Este modelo mantiene que en el muy corto plazo los precios y los salarios son rígidos (tal como mantiene el modelo keynesiano), pero si analizamos un plazo más amplio, los precios y los salarios comienzan a ajustarse lentamente. A largo plazo los precios son totalmente flexibles (modelo clásico).

Según este modelo:

A corto plazo son válidas las teorías del modelo keynesiano.

A largo plazo son válidas las teorías del modelo clásico.

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