El Monopolio

Un mercado monopolístico es aquel controlado por una única empresa.

 

Sólo esta empresa (monopolio) ofrece un determinado producto del que no existen sustitutivos cercanos.

 

Mientras que en el mercado perfectamente competitivo los participes (compradores y vendedores) son "precio-aceptantes", el monopolio puede fijar el precio.

 

¿Por qué surgen los monopolios?

El monopolio surge cuando hay barreras de entrada muy sólidas que protegen al único participe y que impiden la entrada de nuevos competidores.

 

a) Existe un recurso clave en la fabricación del producto que sólo posee esa empresa.

Por ejemplo, patentes para la fabricación de fármacos. Sólo aquella empresa que posea una patente determinada podrá fabricar ese medicamento concreto.

 

b) La empresa posee la única concesión otorgada por el Estado para producir un bien determinado.

 

Por ejemplo, el Estado concede a una empresa la exclusividad de la distribución del gas en una determinada zona.

 

c) La estructura de costes de una determinada industria hace que un único productor de gran tamaño sea más eficiente que un conjunto de empresas menores.

 

Por ejemplo, en la fabricación de grandes aeronaves resulta más eficiente una empresa de gran tamaño que pueda acometer las elevadas inversiones necesarias que varias empresas menores.

 

 

¿Cómo toman los monopolios sus decisiones de producción y de precio?

Al igual que en el mercado competitivo, el monopolio trata de maximizar su beneficio.

 

Por ello decidirá producir siempre y cuando el ingreso marginal (el de la última unidad producida) sea mayor que su coste marginal.

 

Al igual que vimos al analizar el mercado perfectamente competitivo, el monopolio se situará en el punto de corte de la curva de ingreso marginal con la curva de coste marginal.

 

Las líneas de costes (coste marginal y coste total medio) de un monopolio son similares a las de una empresa competitiva.

 

Pero mientras que en el mercado perfectamente competitivo el ingreso marginal es igual al precio y es igual para cada nivel de actividad (línea recta horizontal situada al nivel del precio), en el mercado monopolístico este ingreso marginal es una curva descendente.

 

El monopolio se enfrenta a una curva de demanda de pendiente negativa: en función del precio que fije los compradores demandarán más cantidad o menos.

 

Por ello, el monopolio si quiere incrementar sus ventas tiene que bajar el precio. Esta disminución del precio no sólo afecta a la última unidad sino que afecta a la totalidad de sus ventas (ya que todas las ventas se realizan al mismo precio).

 

Esto determina que la curva de ingreso marginal tenga también pendiente negativa. Coincide con la curva de demanda en el origen pero a partir de ahí va evolucionando por debajo de dicha curva pudiendo llegar a ser negativa.

 

curva de ingreso marginal

 

El ingreso marginal será igual al precio de la última unidad menos la disminución de ingresos que origina la bajada del precio de todas las unidades anteriores.

 

¿Cómo se determina el precio?

Proyecta la cantidad que ha decidido producir sobre la curva de demanda determinando de esta manera el precio al que el mercado le comprará toda su oferta.

 

curva de demanda

 

Por tanto, aunque el monopolio puede fijar el precio del bien no puede obtener un beneficio infinito ya que se encuentra con la limitación de la curva de demanda. Si el monopolio fija un precio muy elevado la cantidad demandada se reduciría considerablemente.

 

Por ejemplo, una empresa tiene el monopolio de gasolineras de una determinada región. Si sube el precio de la gasolina la gente viajará menos y si lo pone a un precio desorbitante la gente no viajará prácticamente nada.

 

¿Qué beneficio obtiene un monopolio?

Su beneficio será igual a la diferencia entre el precio y el coste medio total, multiplicada por la cantidad vendida. Es equivalente al área sombreada en el gráfico.

 

precio y el coste medio

 

Mientras que en el mercado perfectamente competitivo el beneficio desaparece a largo plazo, el monopolio es capaz de obtener beneficio a largo plazo ya que no se da el juego de entrada y salida de empresas que es el que determina ese beneficio nulo.

 

¿Maximiza el monopolio el beneficio de la sociedad?

El mercado competitivo maximiza el beneficio de la sociedad en el punto de equilibrio.

 

El dicho punto el valor que otorga al bien el último comprador (representado por la curva de demanda ) es igual al coste que tiene para el último vendedor (curva de oferta).

 

En el monopolio, en el punto de equilibrio (punto de corte de la curva de ingreso marginal y del coste marginal) la curva de demanda (representa el valor para el comprador) es superior a la curva de coste marginal (coste para el productor).

 

Es decir, que el beneficio que obtiene el comprador es mayor que el coste que tiene para el productor, luego el beneficio de la sociedad aumentaría si aumentase la cantidad ofertada por el monopolio hasta el punto de corte de la curva de demanda y la curva de coste marginal.

 

Esto no le interesa al monopolio ya que a partir del punto de corte de las curvas de ingreso marginal y de coste marginal, incrementos adicionales de actividad reducen su beneficio particular.

 

En definitiva, el monopolio, tratando de maximizar su beneficio particular, se sitúa en un nivel de actividad inferior a aquél que maximizaría el beneficio global de la sociedad.

 

Esta pérdida de beneficio es justamente el coste que tiene para la sociedad la existencia de un monopolio.

 

Por otra parte, el precio que fija un monopolio es superior al que fijaría un mercado perfectamente competitivo.

 

En el mercado competitivo el precio es igual al coste marginal, mientras que en el mercado monopolista el precio (determinado por la curva de demanda) es superior.

 

Este elevado precio no implica per se un menor beneficio para la sociedad en su conjunto, lo que sí implica es una transferencia de beneficios de los compradores a favor del monopolio.

 

El coste social que conlleva un monopolio mueve a los gobiernos a actuar para tratar de limitarlos.

 

a) Regulando las condiciones en las que pueden actuar los monopolios: por ejemplo fijando las tarifas, exigiendo un nivel de calidad de servicios, etc. El Estado trata de esta manera de proteger al consumidor.

 

b) Tratando de romper la situación de monopolio: permitiendo el acceso al mercado de nuevos competidores (otorgando licencias en sectores regulados), obligando a las empresas monopolísticas a realizar desinversiones para disminuir su control del mercado, fijando límites máximos de cuota de mercado que una empresa puede controlar, prohibiendo determinadas operaciones de concentración empresarial, etc.

 

c) Nacionalizando algunos monopolios para que sea el Estado quien los gestione en condiciones más favorables para los consumidores.

 

Discriminación de precios

Algunos monopolios tratan de aplicar una política de discriminación de precios que consiste en vender el producto a distinto precio en función del tipo de consumidor.

 

Se trata de venderlo más caro a aquel tipo de consumidor que valore más el bien y que por tanto está dispuesto a pagar un precio más elevado.

 

Y venderlo más barato a aquellos otros que lo valoren menos o que tengan menos recursos y que están dispuestos a pagar menos por el bien.

 

El monopolio trata de diferenciar dentro de los potenciales compradores distintos subgrupos en función del posible valor que puedan darle al bien.

 

Si la empresa no realiza discriminación de precios tendrá que venderlo el producto a todos los potenciales compradores al mismo precio.

 

Si el precio es elevado el monopolio perderá las ventas a aquellos potenciales compradores que menos valoren el bien, mientras que si el precio es bajo el monopolio perderá los ingresos adicionales de aquellos potenciales compradores que estaban dispuestos a pagar más.

 

Por tanto, si el monopolio pudiera discriminar en precio conseguiría aumentar su beneficio.

 

Hacer discriminación de precio no resulta fácil, para ello es necesario diferenciar claramente a los distintos grupos de potenciales compradores y establecer un sistema de precios en el que no haya trasvases (es decir, que aquellas personas que están dispuestas a pagar más no adquieran el bien al precio más bajo).

 

Un ejemplo de discriminación de precios puede ser el fijado por una compañía de agua que vende el m3 de agua a un precio relativamente moderado hasta un determinado volumen (aquí que representa el consumo medio de una familia) y a un precio mucho más elevado para el consumo que supere dicho nivel (consumo más de "lujo", destinado probablemente al riego de jardines, piscinas, etc.)

 

En un mercado competitivo no es posible la discriminación de precios ya que éste viene fijado por el mercado.

 

Si la empresa sube sus precios a un determinado colectivo de compradores, estos adquirirán el bien de la competencia.

 

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