El Oligopolio
Hasta ahora hemos analizado dos modelos de mercado (competencia perfecta y monopolio) que podríamos calificar de extremos.
Pero en la vida cotidiana muchos mercados se sitúan en posiciones intermedias, presentando características de ambos modelos.
Entre estos modelos intermedios vamos a analizar dos:
- a) Oligopolio: mercado en el que un número limitado de empresas ofrece un producto similar.
- b) Competencia monopolística: mercado en el que interviene un elevado número de empresas pero cada una de ellas ofrece un producto algo diferente al del resto.
Son mercados que se podrían calificar de competencia imperfecta.
Oligopolio
En este tipo de mercado hay pocas empresas que venden el mismo producto por lo que las decisiones de producción que adopte cada una de ellas repercute en las demás.
En un mercado oligopolista siempre se dará entre los participes la disyuntiva entre la colaboración o la competencia.
Si colaboran, coordinando sus actuaciones (regulando la cantidad ofrecida), este mercado funcionará como un monopolio. En este caso, el beneficio que obtienen estas empresas aumenta en perjuicio de los compradores.
Si por el contrario deciden competir su funcionamiento se aproximará al de un mercado competitivo (aunque no llegará a ser igual). Disminuirá el beneficio de estas empresas en favor de los consumidores.
Las autoridades públicas tratan de prohibir la colaboración entre las empresas oligopolistas favoreciendo la competencia.
Colaboración frente a competencia
La colaboración entre estas empresas se denomina "colusión" y el conjunto de empresas que colaboran forman un "cartel".
Aunque la colaboración entre estas empresas beneficia al conjunto de todas ellas no siempre se da ya que cada una de ellas individualmente podría mejorar su situación incumpliendo el acuerdo.
Se trata de una situación similar a la descrita por el teorema del prisionero:
Se puede observar como cualquiera de los condenados ve disminuir su condena si acusa a su compañero, y ello con independencia de la decisión que adopte el compañero de acusarle a él o no.
Esta situación lleva a los dos prisioneros a acusarse mutuamente con el resultado de que la condena final para cada uno de ellos es mayor que si ambos hubieran colaborado y no hubieran confesado.
Veamos un ejemplo:
Supongamos un mercado oligopolista formado por 5 empresas. La curva de demanda viene recogida en la siguiente tabla (incluir tabla) (para simplificar vamos a considerar que los costes de producción son nulos).
El beneficio del sector se maximiza con un nivel de producción de 1.000 unidades, que a un precio de 40 euros/unidad supone un beneficio total de 40.000 euros. Si esta cantidad se reparte por partes iguales cada empresa produciría 200 unidades y obtendría un beneficio de 8.000 euros.
El análisis que cada una de ellas hace individualmente es el siguiente:
Si todas cumplen el acuerdo, yo podría aumentar ligeramente mi producción, algo que no afectaría al precio pero si me permitiría incrementar mi beneficio (si produzco 250 unidades obtendría un beneficio de 10.000 euros).
Si las demás no cumplen el acuerdo entonces también me interesa aumentar la producción para de esta manera compensar la caída del precio. En este caso también me conviene aumentar mi producción (por ejemplo a 250 unidades).
En definitiva, hagan lo que hagan las demés (cumplan lo acordado o no) a cada empresa individualmente le interesa incumplir el acuerdo.
El resultado final es que todas incumplen, aumentando cada una de ellas su producción (supongamos que todas aumentan a 250 unidades) con lo que la producción final será de 1.250 unidades, lo que hará caer el precio a 30 euros/unidad. El beneficio final del sector será de 37.500 euros (inferior a los 40.000 euros que se hubieran obtenido de haber existido colaboración).
Se puede observar como a veces es difícil que haya colaboración entre las empresas integrantes del oligopolio. No obstante, en algunos casos si existe colaboración. El acuerdo suele funcionar cuando:
Es posible detectar a quien lo incumple y se le puede penalizar.
No se trata de una colaboración puntual en un momento dado, sino que la colaboración es repetitiva en el tiempo. Por ello, tras un primer episodio de falta de colaboración y una conocido sus resultados, las empresas serán más proclives a colaborar.
Cuando menor sea el número de empresas presentes en el mercado más fácil será la colaboración entre ellas, y mientras mayor sea el número ésta será más difícil.
Esto se explica por lo siguiente: cuando la empresa oligopolista aumenta su producción sabe que se van a producir dos efectos:
- Un efecto producción que le beneficia (aumenta sus ventas luego aumentan sus ingresos).
- Un efecto precio que le perjudica (el aumento de la producción hace caer los precios disminuyendo los ingresos).
Cuanto menos partícipes haya en el mercado, el efecto precio negativo de la decisión unilateral de aumentar la producción será más relevante, pudiendo superar el efecto producción positivo. Por ello la empresa se lo pensará mucho antes de tomar esta decisión.
En cambio, cuanto más dividido está el mercado el efecto precio negativo de su decisión de aumentar la producción más se diluirá, siendo más relevante el efecto producción positivo.
Los gobiernos tratan de evitar que haya colaboración entre las empresas oligopolistas ya que van en perjuicio del consumidor.
Si no hay colaboración entre las empresas ¿funciona el oligopolio como un mercado competitivo?
Su funcionamiento se aproximará al de un mercado competitivo pero no será exactamente igual.
Su nivel de producción será mayor que si actuaran coordinadamente, mientras que el precio será menor. No obstante no se alcanzará el mismo nivel de actividad que en un mercado competitivo.
Si no hay acuerdo cada participe actuará pensando exclusivamente en sus propios intereses pero será consciente de que su actuación repercutirá en los demás participes que podrían tomar represalias si se sintieran perjudicados.
Sabe que si aumenta notablemente su producción los demás reaccionarían probablemente de igual manera hundiendo el precio, por ello actuará con cierta cautela anticipando la posible reacción de las otras empresas.
Esto llevará a un nivel de producción mayor que el de un mercado monopolístico pero inferior al de un mercado competitivo.
El beneficio total que obtiene la sociedad en un mercado oligopolista es inferior al que genera un mercado competitivo ya que su nivel de actividad es menor.
En cambio, el precio será más elevado que en un mercado competitivo lo que implica que el oligopolio se beneficia a costa de los consumidores.
Los dos efectos anteriores justifican la intervención del Estado que tratará de evitar que surjan oligopolios, o al menos que no haya acuerdos entre sus integrantes.