Universidad de Bolonia
Aunque al igual que la Universidad de París, tampoco conocemos la fecha exacta en la que nace la Universidad de Bolonia, de lo que si hay constancia es de ser la más antigua entre todas las universidades de Europa.
La fecha orientativa de sus inicios puede situarse a finales del Siglo XI, hacia el año 1088.
La Universidad de Bolonia fue prestigiosa durante la Edad Media por su enseñanza de Derecho, en la que fue pionera.
Fue modelo histórico y teórico para otros centros lo que hizo que gozara de la licentia ubique docendi, por la cual los maestros podían enseñar en otras universidades sin necesidad de realizar un examen previo.
Los estudiantes pronto se sintieron atraídos por los estudios de Bolonia.
A esta Universidad acudían numerosos jóvenes de diferentes nacionalidades a los que el Rey Federico I les otorgaba protección en el primer documento llamado Authentica habita donde se recogían los privilegios de los que podían disfrutar los estudiantes.
El objetivo de los que acudían a dicha Universidad era hacerse con la licencia docendi.
Bolonia contaba con un programa de estudios bien articulado y a dicha Universidad acudían, generalmente, estudiantes de edad madura y de familias acomodadas.
A diferencia de la Universidad de París, en Bolonia nunca se enseñó teología o ciencias, su principal objeto de estudio fue la enseñanza y el derecho.
En Bolonia se exigía el estudio de las artes para poder ingresar como estudiante de derecho ya que, en esa época, las artes liberales eran la base de la preparación para estudiar derecho, insistiéndose más en las disciplinas de gramática y retórica.
En el año 1235, se produce un cambio significativo en el plan de estudio de la Universidad gracias al maestro italiano Boncompagno al proponer una retórica completamente diferente a la conocida hasta entonces, con su obra “retórica enteramente nueva”, la cual era eminentemente práctica y se oponía a la de Cicerón.
Al rededor del Siglo XIII surgieron en Bolonia facultades que funcionaban con los mismos principios que las de París, las cuales consistían, por un lado, en el estudio de las artes liberales para los no graduados y, por otro lado, en el estudio de las tres facultades de saber, derecho, teología y medicina para los graduados.