El ciclo menstrual y la elección de pareja
Se han realizado muchos estudios sobre la influencia de las hormonas a la hora de elegir pareja sexual desde el primero que se realizó a finales de los años noventa. No siempre han sido concluyentes así que unos investigadores han analizado los datos de los estudios realizados hasta ahora sobre las preferencias de las mujeres a lo largo de su ciclo menstrual.
Tomaron los datos de los distintos estudios y los juntaron en una misma base de datos siguiendo un mismo formato para poder evaluarlos. Es lo que se conoce como un metaanálisis.
Encontraron que el cambio de las preferencias por un tipo de pareja a lo largo del ciclo menstrual era estadísticamente significativo. Las mujeres que estaban ovulando preferían parejas con rasgos sexuales como un cuerpo masculino, comportamiento dominante, rasgos faciales simétricos y un cierto tipo de olor corporal.
Esta tendencia, aunque estadísticamente significativa, es solo ligera y es por eso que algunos estudios no la habían detectado. El estudio es menos claro a la hora de determinar aquellos rasgos masculinos más seductores. La respuesta más clara fue al olor corporal del hombre.
En los pocos estudios sobre el olor corporal llevados a cabo hasta ahora los investigadores han pedido a mujeres que huelan camisetas que fueron llevadas por hombres con diferentes grados de simetría corporal y facial que son lo rasgos asociados con los mejores genes. Las mujeres prefirieron los olores de los hombres más simétricos cuando se encontraban en la fase fértil de su ciclo menstrual.
Otro estudio realizado por el mismo autor mostró que las mujeres que consideran a sus parejas poco atractivas son más propensas a experimentar atracción por otros hombres cuando están ovulando que aquellas mujeres que consideran a sus parejas como muy atractivas.
La explicación para estos cambios de preferencias dependiendo del ciclo tienen que ver con nuestra evolución. La teoría de las dos parejas viene a decir que las mujeres estaban más dispuestas a tener descendencia con el hombre con mejores genes mientras que, para criar a estos niños, preferían otro tipo de hombre que les ayudara y que les proporcionaran estabilidad, recursos y atención.
Otra hipótesis propone que estas preferencias no son más que vestigios, como el coxis, que permanecen en los humanos modernos sin una función.
En cualquier caso no hay que olvidar que estamos hablando de ligeras tendencias estadísticas y no de determinismo.
Visto en Science Daily