Pistas de aterrizaje
El diseño de las pistas de aterrizaje tienen una sería de características que están normalizadas y que son comunes a todos los aeropuertos. Vamos a ver algunas de ellas.
Generalmente pueden ser de dos materiales, de hormigón (concreto) o de asfalto. El asfalto tiene la ventaja de que no necesita juntas por lo que es más cómoda, además es más fácil de reparar. Tiene la desventaja de que es atacada químicamente por el combustible. Los aviones derraman combustible cuando van cargados a tope y frenan o aceleran. Esto sucede sobre todo en las cabeceras, en los extremos de las pistas, donde esperan a que les den permiso para despegar. En esas zonas se trata el asfalto con un compuesto "anticarburante" que las protege.
Las pistas de hormigón son más caras de construir y de mantener, además tienen esas juntas de dilatación molestas. Tienen la ventaja de ser mucho más resistentes y duraderas. Además resisten mejor a los ataques químicos y es por eso que todas las plataformas, donde aparcan los aviones, son de este material.
El aeropuerto de Barra en las islas Hébridas, Escocia, su pista es la playa, es un caso excepcional.
A cada lado de la pista hay una zona de 7,5m de ancho que se denomina simplemente "margen" que es capaz de soportar el peso del avión y que está libre de obstáculos y de elementos que pudiera aspirar el motor de un avión. Es una zona de seguridad.
Alrededor de la pista hay una zona denominada franja nivelada que es una amplia área de seguridad por si el avión se sale de la pista. Esta zona, normalmente de hierva, debe soportar el peso del avión, por lo que si hay una tapa de una arqueta, esta tapa debe ser suficientemente resistente. La idea es que el avión pueda salirse con seguridad para los pasajeros.
Cualquier objeto debe de poder romperse al paso del avión sin causarle daño. Es lo que se denomina objetos frangibles, están diseñados con una base poco resistente para que se puedan romper con facilidad.