Polos magnéticos de la Tierra
Nuestro planeta tiene su propio campo magnético, con su polo sur y su polo norte, se puede decir que es dipolar. Los polos no coinciden exactamente con los polos geográficos, están situados a unos 10º y además se mueven lentamente independientemente uno del otro. Es lo que se conoce como derivación magnética. Esta desviación paulatina, de hasta 40km en un año, hay que tenerla en cuenta para calcular los rumbos en los barcos, en las cartas náuticas (los planos) se indica en que año se realizaron para poder corregir la desviación.
Unas pocas de veces a lo largo de la vida de nuestro planeta los polos se han intercambiado, el polo norte pasa al sur y viceversa. Se sabe porque cuando se solidifican las rocas queda fijada la orientación de ese momento, como sabemos su antigüedad por la capa en la que se encuentra podemos deducir cuando tuvo lugar la inversión de los polos. Es un proceso aleatorio que ocurre de media cada 250.000 años, la última vez fue hace 750.000 años, así que ya va tocando.
El campo magnético no es perfectamente uniforme, hay zonas más débiles y zonas más fuertes. En la siguiente imagen están marcadas las líneas de intensidad, con la zona más débil sobre América del sur.
El campo magnético se genera por la movimiento del hierro fundido del núcleo externo de la Tierra. Este campo magnético nos es de mucha utilidad, en la magnetosfera, la zona que se extiende varias decenas de miles de kilómetros en el espacio, nos protege de los rayos cósmicos que provienen del Sol. Este viento solar destruiría la capa de ozono que a su vez nos protegen de los rayos ultravioletas.
La aurora boreal es un fenómeno producido por este viento solar al chocar con la magnetósfera que carga de energía las zonas polares.