Reducir peso en aviones mediante fresado químico
Al diseñar un avión comercial la principal obsesión es la reducción del peso. Si hay un gramo de material que no cumple una función será un gramo que estará consumiendo combustible en cada vuelo, la compañía aérea estará pagando la parte proporcional de combustible para hacer volar ese gramo de más. Pero no solo eso, ese gramo podría ser parte de lo que se conoce como la carga de pago, es decir, podría ser un gramo por el que la compañía estaría ganando dinero para transportar como por ejemplo la parte proporcional de un pasajero o una mercancía. Así que en vez de ganar dinero con cada vuelo estaría perdiendo dinero cada vez.
Un método tradicional de reducir el peso de un elemento metálico en la industria aeronáutica es el fresado químico. Supongamos una gran chapa que recubre parte del casco del avión o del ala. Imaginemos que el cálculo estructural dice que debe de tener 10mm de espesor para soportar las cargas a la que se va a ver sometida a lo largo de la vida útil. Lo primero que se nos ocurre sería instalar una chapa de ese espesor y ya está. Sin embargo lo que se hace es ver qué partes del elemento va a soportar toda la fuerza y cuales no, lo normal es que solo unas zonas sufran la máxima tensión mientras que las demás serán inferiores ya que las fuerzas no estarán uniformemente distribuidas.
Para eliminar el exceso de material de la superficie se pinta las zonas que deben tener el máximo espesor para protegerlas y se deja las demás sin pintar, entonces se mete la pieza en un baño de ácido para que vaya comiéndose el material sin proteger por la pintura. Dejándolo el tiempo necesario obtendremos una pieza con la superficie que nosotros queríamos y de menor peso. Con este sistema se pude llegar a eliminar hasta 12mm de espesor en una chapa de aluminio. Es un sistema ideal para elementos grandes que necesitan pequeños fresados.
La técnica de ataque químico se usa también en otras industrias con otros fines como por ejemplo en la de circuitos impresos.