Como elefantes
Deberíamos ser como elefantes.
Con pies grandes y pesados, para tenerlos bien fijos en la tierra y no elevarnos.
Con orejas grandes, para aprender a oír y no a actuar a ciegas.
Con la boca chica, para no andar hablando demasiado.
Tener piel áspera y dura, para aguantar los embates de la vida.
Tener su memoria, para que nunca olvides quién realmente eres.