Contenido y orden de las veladas
Como se ha explicado en el capítulo anterior, el contenido de una velada dependerá del grupo que la lleve a cabo. Aquí, se detalla un pequeño resumen de todo aquello que se puede incluir en ellas:
- Canciones de animación: aquí tiene muy buena acogida tanto las canciones de gestos, como las de participación. Solo hay que tener cuidado a la hora de elegirlas, si son demasiado largas o repetitivas, la velada se puede alargar demasiado y la gente acabará aburriéndose de la canción.
- Juegos propios de veladas: juegos de muy corta duración, en los que normalmente hay algunos voluntarios que son “las víctimas" del juego. En estos juegos puede que participen todos los asistentes o que salvo los voluntarios, sean meros espectadores.
- Danzas o bailes: ya sean con coreografía conocida o inventada.
- Pequeñas teatralizaciones: anuncios o chistes representados, o incluso pequeñas obras de teatro.
- Imitaciones: desde famosos a gente del campamento, sobre todo monitores.
- Malabares: los malabares pueden ser una actuación muy llamativa, sobre todo si se combina alguien que sabe hacer bien malabares con alguien que no tiene ni la más remota idea.
- Magia: puede ser un simple truco de magia o añadirle teatralización y hacer de un simple truco todo un “gran número de magia”.
- Adivinación: con unas cuantas telas, una bola de cristal, unas cartas y un poco de imaginación se puede crear una pequeña consulta de astrología.
Es importante también el orden de las actuaciones. Como mejor y más amena queda es intercalando las actuaciones para no hacer dos del mismo tipo seguidas.
En los juegos de sacar varios voluntarios, lo recomendable son dos voluntarios, sobre todo si se les tiene que llevar a un lugar fuera para que no oigan la explicación del juego. Porque entre que se explica el juego al público, incluyendo la resolución, y entra el primer voluntario, se le explica lo que tiene que hacer, se resuelve el juego, se le aplaude, se llama al segundo voluntario y se empieza de nuevo... con tres voluntarios se rompería el ritmo de nuestra actividad y tanto el público, como el último voluntario se habrían aburrido demasiado, unos por lo repetitivo del juego y el otro por el tiempo de espera.
Si debido a las propuestas de los que organizan la velada, tenemos que poner dos juegos seguidos, procurar que uno sea de participación general y otro de voluntarios, así se rompe la dinámica de los juegos y no se hace pesado para el público.