El ritmo de una velada

Es necesario elaborar una lista con el orden en el que van a aparecen las actuaciones a lo largo de la velada.

El programa es tan importante que puede hacer que la velada sea un éxito o un fracaso. Si tenemos los ingredientes para que salga una buena velada (buenas actuaciones, buen lugar de realización, buena iluminación, buena motivación…) y no confeccionamos el programa adecuado, no conseguiremos una buena velada.

En este tema, el animador, independientemente de la edad que tenga el grupo, debe insistir en el cuidado de la colocación de las actividades.

 

La curva de animación de una velada no empieza desde abajo, sino desde un nivel elevado de animación y sobre todo de expectación. La gente va a la velada con una predisposición determinada: van a estar con todos, a pasarlo bien, a participar.

 

El inicio ha de dar el empuje necesario para que la velada comience a transcurrir con ritmo. Por ejemplo, una buena canción con una coreografía divertida logrará este efecto.

A continuación el ritmo irá oscilando según los números que se programan, por eso es importante su colocación y presentación. Recordad que es conveniente combinar entre juegos, canciones y las diversas actuaciones programadas, como ya os comente en la lección 8.

También es importante tener en cuenta la participación del público. Si en una canción tienen que salir todos al centro y dentro de nuestra velada tenemos también un juego en el cuál todos están otra vez en el centro, lo suyo es ponerlas seguidos, pues así no mareamos a la gente y todo va más fluido.

Para no frenar el ritmo, es mejor hacer actuaciones cortas y sin explicaciones muy largas.

Para terminar la velada, hemos de conseguir que el ritmo general vaya descendiendo, con canciones más pausadas o alguna escenificación tranquila, para que llegue de una manera natural a su fin, tranquilizando la euforia que tendrá la gente, para irse con cierta calma a dormir.