Planificación del ataque
Antes de iniciar operaciones ofensivas es importante analizar a profundidad la posición y evaluar las mejores alternativas en el tablero. El excampeón mundial de ajedrez, Mihail Tal afirmaba lo siguiente: “¿No es emocionante la defensa? ¡Por supuesto! Pero ¿qué es más difícil: la defensa o el ataque? Personalmente prefiero el ataque. Me gusta tomar la iniciativa y no dar al contrario un momento de respiro, y tampoco quiero ocultar el hecho de que me satisface escuchar la reacción del público ante un sacrificio de pieza o de peón. No creo que haya nada censurable en tal sentimiento: ningún artista o músico es indiferente a las emociones de los espectadores”.
Al igual que Tal, el GM Damian Lemos también plantea que en ajedrez, existen técnicas precisas en posiciones incisivas donde se vuelve necesario comenzar la ofensiva. También agrega el GM Lemos que en la mayoría de partidas de ajedrez aparecen temas en común (relativos al ataque) y que es necesario comprender para mejorar el nivel en posiciones de esta naturaleza.
El Maestro Ramón Crusi More con respecto al planteamiento del ataque, expresa que: “el ataque al enroque es y debe ser siempre la meta de todo ajedrecista; su planeamiento y ejecución requiere un cuidadoso estudio. En su preparación concurre la circunstancia de la responsabilidad y el riesgo en el éxito final: por este motivo, y antes de sacrificar material, se debe analizar detalladamente el mejor plan a seguir para así abatir la resistencia del adversario”.
Pero entonces, surgen varias cuestiones a resolver, por ejemplo: ¿Cuándo debe comenzarse un ataque? ¿Cómo saber si se tendrá éxito en el mismo? ¿Qué aspectos se deben considerar? Preguntarse es un paso importante para llegar a la cuestión que nos interesa: ¿Se debe atacar o no? ¿Puede contragolpear mi rival?
El Maestro A. Gude plantea que toda partida de ajedrez se compone de tres elementos principales, a saber: a) el material, b) la estructura y c) el espacio. Veamos cada uno de ellos:
Por material se comprende el conjunto de figuras de un bando y su vinculación con el rival a partir de temas como ventaja de espacio, equilibrio, inferioridad o superioridad material, etc.
La estructura es la correspondencia entre las figuras y peones de un mismo jugador, así como las características posicionales y movilización de las distintas figuras en el tablero; pero tampoco debe olvidarse la configuración de peones, recordemos la frase de F. Philidor, quién planteó que “los peones son el alma del ajedrez”.
Y el espacio se refiere a la cantidad de casillas que cada bando domina en el tablero. Estos tres elementos prevalecen a lo largo de la partida, pero tanto el “espacio” como la “estructura” son más relevantes al momento de plantear un ataque sobre el monarca adversario, desde la apertura hasta el desarrollo en el medio juego.
¿Qué elementos deben considerarse para comenzar un ataque? Existen varios factores críticos a tomar en cuenta, y se resumen a continuación:
- No ataques cuando tus figuras todavía no estén desarrolladas, ya que de lo contrario, inevitablemente te llevará a la derrota.
- Encontrarse en posesión de la iniciativa, ya que quién posee la iniciativa debe aprovecharla, de lo contrario, la perderá.
- Posición de ambos reyes en el tablero de juego, y la seguridad de los mismos, esto implica que antes de emprender acciones ofensivas contra el monarca rival, debes evaluar la seguridad de tu propio rey.
- Dominio de casillas en posiciones avanzadas. Por ejemplo, el caballo de las blancas puede ocupar escaques avanzados en “e5” o “g5” ya con visión de crear hostilidades en el enroque corto de las negras.
- Agrupamiento de piezas sobre el monarca contrario y dominio de espacio, y desde el otro punto de vista, piezas defensivas lejanas al propio rey.
- Ataque el en centro del tablero, pero esto entraña situaciones incisivas para ambos bandos, así que les recomiendo nervios de acero si desean emprender ataques de este tipo.
- Cuando existen enroques opuestos, se plantea acá una situación ideal para comenzar acciones ofensivas contra el rey contrario, ya sea ataque con “peones” o con “piezas”, según lo amerite la posición.
- Capacidad de reacción de piezas propias sobre el monarca rival. Por ejemplo, el caballo es la pieza que requiere de 2 o 3 jugadas para llegar desde un sector del tablero hacia el otro, pero los alfiles y torres lo hacen en con un solo movimiento.
- Y un punto que nunca debes olvidar es “explotar los errores contrarios” que redundan en la creación de puntos débiles, piezas fuera de juego, etc., y que si se aprovechan rápidamente, entonces ya se tiene un gran avance en la obtención de la victoria, sino, pregúntenle al GM V. Anand, que no pudo aprovechar los errores del noruego M. Carlsen y desaprovechó entonces las opciones para recobrar el título de campeón del mundo que le arrebató el gran maestro noruego el año pasado.
Finalizo esta lección compartiendo con ustedes el denominado Principio de Ataque, planteado por E. Lasker, que decía lo siguiente: “en el ajedrez, el precepto ético significa lo siguiente: buscar el modo de transformar la ventaja, si se posee, en algo concreto; creer en la existencia de ese medio, y descubrirlo; y si se ha buscado en vano cien veces, continúe buscándolo. Puede ser que la ventaja que piensa obtener sea sólo una ilusión; puede que le engañe su valoración; de ser así, póngala a prueba y mejórela”.