El centro. Sus características esenciales (IV)
UNA PARTIDA EJEMPLAR: CUANDO SE DEJAN LOS PEONES EN CASA.
Yasser Seirawan nos propone la siguiente partida modelo sobre el tema de los peones. Me pareció sumamente instructiva, y por eso la comparto con ustedes amigos lectores.
En las partidas magistrales, los jugadores mueven tanto sus peones como sus piezas. Los jugadores nóveles piensan que se deben dejar los peones en su posición original y sólo moverlos para dejar salir alguna pieza. Veamos qué pasa cuando un jugador así (blancas) se mide con un rival (negras) que sabe utilizar sus peones para ganar espacio en el centro del tablero.
1. Cc3
El conductor de las blancas inmediatamente pone a jugar una pieza. Recuerde que su estrategia será mover la menor cantidad de peones posibles.
1…d5
El negro toma el control de algunos cuadros centrales. Hasta ahora, el conteo de espacio se encuentra nivelado: 2 a 2.
2. Cf3 c5
Las negras utilizan los peones para restringir los movimientos del blanco. Observe cómo el peón de d5 le quita al caballo dec3 la casilla e4 y, de igual manera, el peón de c5 impide al caballo de f3 dirigirse al escaque d4. (Ver diagrama 58).
La partida prosigue así:
3. d3
Por fin se mueve un peón para poder desarrollar el alfil de c1.
3…Cc6
El caballo está muy bien ubicado detrás del peón; entre ambos presionarán el punto d4. Por el momento, las negras ya están arriba en el conteo espacial: 8 a 6.
4. Ag5? (Ver diagrama 58 a)
El blanco clava al peón de e7. Sin embargo, ahora el alfil será perseguido por los peones enemigos.
4…f6 5. Af4 e5 6. Ag3 Ae6 (Ver diagrama 59).
Ante la posición resultante del diagrama 59, Yasser Seirawancomenta: Las piezas blancas están encerradas, ya que el negro controla el centro. Como muestra el diagrama, el conteo de espacio se encuentra favorable al negro por 10 contra 5. La estrategia blanca de no usar sus peones ha sido un fracaso. Además, el ejemplo demuestra que mover los peones no es una pérdida de tiempo, ya que el oponente también deberá hacerlo. Si no lo hace, sus piezas avanzadas de forma prematura serán ahuyentadas hacia la retaguardia, resultando en ganancia de tiempo para los peones. ¿Por qué falló la estrategia del blanco? La respuesta radica en el hecho de que los peones son menos valiosos que las piezas. Cuando el peón ataca a un alfil, a un caballo o a una torre, las piezas más poderosas se sienten obligadas a retirarse. ¡Cuando David se mide a Goliath en el ajedrez, el gigante huye despavorido! Por todo esto, tiene mucho sentido comenzar el juego con los peones para abrir el camino de la artillería pesada.