Estudio de J. Kling
(43) Finales de peones
Estudio de J. Kling, 1848
(Guillermo Gutiérrez)
Podría ocurrir que un peón no bloqueado estuviera más atrás disponiendo de jugadas de tiempo. Esta circunstancia por supuesto favorece mucho al blanco, cuyas posibilidades de ganar se incrementan considerablemente.
Todas las posiciones que antes dependían de la oposición ahora son ganadoras, porque las blancas siempre pueden perder un tiempo. Sin embargo, es interesante que tal peón en ocasiones haga ganar posiciones consideradas hasta ahora sin esperanzas, como la que veremos en el presente estudio de J. Kling, de 1848.Si el peón blanco se encontrara en h3, no habría duda alguna de las tablas, quienquiera que jugase.
Entonces, ¿tiene esta jugada extra de peón tal significado como para alterar nuestra evaluación de la posición? Después de todo, puesto que la oposición no importa en el diagrama presente, ¿por qué podría ser de alguna importancia una jugada de reserva con el peón de "h"?.Esto es lo que ocurriría normalmente, pero debemos comprobar si el monarca blanco puede primero mejorar su posición, antes de usar su tiempo extra. Lo primero que se nos ocurre es ocupar la cuarta fila con el monarca blanco.
Podrá entonces usar su jugada de tiempo para ganar la oposición, y entonces el monarca negro no podrá oponerse a la entrada por la vía f5. Esto significa que el primer jugador gana si su monarca llega a e4 antes de haber jugado h2-h3.Además las blancas tienen la amenaza adicional de jugar h4 si el rey negro se aleja demasiado. Como el negro no podría permitir h4-h5, debería tomar el peón, en cuyo momento su rey habría de estar en condiciones de ocupar g3 tan pronto como el monarca blanco capturase en h4. En tal caso, el monarca negro debe encontrarse en f6 o el final se encuentra perdido. Ahora que hemos progresado hasta aquí, podemos buscar algunos pares de casillas conjugadas.
Cuando el monarca blanco se encuentra en g3, amenazando h4, el monarca negro debe encontrarse en f3, como ya hemos visto. Puesto que el monarca blanco desde f3 amenaza ocupar el escaque e4, así como g3, la única casilla para el monarca negro sería entonces f5, que controla f3 y e5, y finalmente el monarca blanco en e3 controlaría ambas casillas de e4 y f3, dejando de nuevo al monarca negro una sola casilla d5. Esto nos da tres casillas correspondientes a f3, e4 y d4. Siguiendo el proceso, ¿qué ocurre si el monarca blanco juega f2?
Esta controla e3, f3 y g3, dándonos 3R como casilla conjugada. De igual manera, para el monarca blanco en g2, que puede controlar f3 y g3, la casilla relacionada sería otra vez el escaque negro e3, el blanco debe jugar entonces (Rf2 o Rg2) después de lo cual el negro no pude permanecer en la casilla relacionada, e3, y por consiguiente pierde la partida.
Veamos que sucede en la práctica: 1.Rf2! (También es correcta la secuencia original dada por Kling: 1.Rf3 Re5 2.Rg3 Rf6 3.Rg2 Re6 4.Rf2+- la línea del texto es alguna jugada más rápida.) 1...Re6 2.Rg2! Rf6 (O bien 2...Re5 3.Rf3 Rd5 para impedir... Re5 de las negras 4.Rg3 Re6 5.h4 gxh4+ 6.Rxh4 Rf6 y el monarca negro llega demasiado tarde 7.Rh5 Rg7 8.Rg5!+-) 3.Rg3 Y las negras se encuentran en zugzwang3...Rg6 (Si 3...Re6 4.h4+- y otras jugadas nos llevarán a la variante principal) 4.Rf3 Rf6 5.Re4 Re6 6.h3! Y por fin es utilizado el movimiento de reserva en un momento decisivo de lucha. Ahora las blancas ganan la oposición y la partida tras 6...Rf6 7.Rd5+- Un ejemplo sumamente instructivo (1–0).