Autoconcepto
Podemos definir el autoconcepto como la imagen que tenemos de nosotros mismos, se refiere al conjunto de características o atributos que utilizamos para definirnos como personas y para diferenciarnos de los demás.
El autoconcepto es un proceso que no está presente desde el nacimiento sino que empieza en la primera infancia y que se va desarrollando a lo largo de nuestra vida en función de las características personas y del ambiente que nos rodea.
Las descripciones que niñas y niños hacen de sí mismo en relación a su autoconcepto varían notablemente de unas edades a otras.
Así, los niños de 2-4 años realizan descripciones de si mismos basándose en términos simples y globales como: yo soy “bueno” o yo soy “malo”.
Antes de los 6 años, el autoconcepto se hace cada vez más complejo, mas diferenciado, así los niños pueden definirse “bueno” para algunas cosas y “malo” para otras.
Además, en estas edades los niños y niñas, se definen utilizando rasgo de su apariencia física los cuales son observables como por ejemplo: “tengo el pelo largo”, también podemos encontrar niños/as que hacen mención a rasgos de su personalidad como: “me gusta cuidar de mi hermano” o “me gusta jugar con mis vecinos.”
A la hora de definir su autoconcepto, los niños y niñas de estas edades no se comparan con su grupo de iguales o con figuras de referencia, como por ejemplo: “soy más alta que mi prima” o “salto más alto que mis amigos de la clase”.
Este tipo de comparaciones será más común a medida que van creciendo para concretar su autoconcepto.
Para resumir, podemos señalar las características del autoconcepto en la primera infancia:
- Se describen basándose en características externas y observables, relacionadas sobre todo con el aspecto físico. Las representaciones son aisladas, con falta de coherencia y coordinación, ej: soy alto, tengo ojos marrones….
- Se hacen autodescripciones, prefieren describirse a ellos mismo que a los demás.
- Autoconcepto relacionada con experiencias concretas, por lo que es arbitrario y cambiante, ej: “yo juego a la pelota”, “como yo sola”.
- Valoraciones idealizadas, sobre todo muy positivas, sin diferenciar lo que es real de lo que no.