Disciplina personal o autodisciplina

La disciplina personal, o autodisciplina, es la habilidad para esforzarse en forma permanente y sistemática en mantener una línea de conducta y lograr un propósito o conjunto de propósitos.

La autodisciplina se relaciona con la imagen que uno tiene de sí mismo, la autoconfianza y la capacidad de autocontrol. Es la manifestación más clara y efectiva de una voluntad personal a toda prueba. La disciplina personal es la base para el logro de los objetivos de la gerencia de sí mismo.

La disciplina a la que nos referimos en esta lección no es la rigidez de comportamiento asociado con la disciplina militar. Estamos hablando de la habilidad para mantenerse en el rumbo y la dedicación necesarios para lograr nuestras metas.

Para lograr el éxito no bastan las buenas intenciones, hay que convertirlas en metas cumplidas. Ni la inteligencia, ni la educación son suficientes  para triunfar. A la inteligencia hay que orientarla con la voluntad y  lo que se aprende debe ser puesto en práctica efectivamente

La característica que es común a todas las personas que han dejado un legado intelectual, político o artístico en la historia de la humanidad es la disciplina personal. La dedicación  a una actividad con pasión y entusiasmo constante e inalterable.

Tres citas ayudan a recordar esta verdad:

"Disciplina es el puente entre las metas y los logros."  Jim Rohn (Emprendedor, autor y orador motivacional).

“El genio se compone del dos por ciento de talento y noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación.” (Ludwig van Beethoven).

“La disciplina es la parte más importante del éxito.”  Truman Capote (Escritor norteamericano)

La autodisciplina se basa en  fortaleza interior, constancia y determinación. Se manifiesta en voluntad y perseverancia.  Puede desarrollarse con un esfuerzo sostenido y convertirse en hábitos, en una actitud permanente.

 

Aprendizaje de la autodisciplina

La autodisciplina se aprende practicándola. He aquí una orientación para desarrollarla:

1) Comenzar en pequeña escala y no convertirlo en algo aburrido. Se puede empezar por dos aspectos fundamentales: orden y puntualidad. Tanto en la vivienda como en el lugar de trabajo se debe tener las cosas en el sitio que corresponde y volver a colocarlas allí después que se usan. Llegar a tiempo es una virtud que tiene muchos más beneficios que lo que cuesta.

Igualmente, deben llevarse a cabo las tareas de forma organizada y esforzarse en terminarlas en el tiempo previsto. Tomarse como un reto estar puntualmente en todos los compromisos se convierte rápidamente en un hábito que facilita las relaciones con los demás y produce satisfacción personal.

Usando el diálogo interior proponerse ejercicios de voluntad o pequeños desafíos tales como: “no iré a comer hasta que termine de leer (o escribir) este capítulo”, “hoy caminaré durante 15 minutos más”, etc.

2) Focalizarse en los resultados esperados y no en el esfuerzo que habrá que hacer para alcanzarlos. Visualizar los resultados como un logro personal ejerce una impresión motivadora en la mente.

Conviene no esperar mucho tiempo desde el momento en que uno se propone iniciar algo y el momento en que efectivamente se empieza. La posposición del comienzo de cualquier cosa, especialmente si es por mucho tiempo, erosiona la motivación hacia el logro. En inglés existe una expresión que casi suena como una mala palabra: “procrastination.”

3) Proponerse metas adecuadas. Deben constituir un reto, pero su logro debe ser factible. Metas inalcanzables desaniman y hacer perder la confianza en sí mismo, metas demasiado sencillas o fáciles producen aburrimiento y desmotivación.

4) Preparar una estrategia o un plan.  Tener ideas claras para orientar el esfuerzo hacia las metas propuestas. Que cuando se inicie la acción no se pierda mucho tiempo pensando cómo empezar o qué camino seguir, la falta de preparación puede eliminar el entusiasmo necesario para llevar a cabo lo que uno se propone.

5) Mantener en mente el motivo del esfuerzo. Puede que nos toque hacer cosas poco agradables por cualquier motivo; pero seguramente hay una razón detrás de esto: es un primer paso para una posición mejor, se obtendrá algún dinero muy necesitado, estamos complaciendo a alguien a quien queremos, o cualquier otra cosa. La clave está en efectuar el esfuerzo recordando esa razón, sin buscar una motivación en la actividad por sí misma.

6) Hacer de un trabajo duro una actividad inteligente. Generalmente se piensa que la disciplina personal significa trabajar duro y sin descanso. No tiene por qué ser así, encontrar cómo hacer un trabajo o tarea en forma menos penosa (lo cual frecuentemente es posible) no implica menos disciplina, sino uso de la inteligencia.

7) Actuar con Constancia y perseverancia. Estas dos palabras se asocian con la disciplina personal. La primera se define como “firmeza en la realización de una actividad” y la segunda es “persistencia en la realización de algo”. Ambas se refieren implícitamente al tiempo. Mantener la constancia y perseverancia a lo largo del tiempo es la forma de hacer de la autodisciplina un hábito. Es la forma de aplicar una firme voluntad.

 

Preguntas para la reflexión

¿En qué grado puede la disciplina personal influir en nuestras vidas?

¿Para practicar la autodisciplina se necesita dedicarse a una actividad placentera?

 

Algo más sobre el tema en: 

https://www.slideshare.net/rock588/auto-disciplina-en-diez-dias-theodore-bryant

 

Jose Ramón Solano

Master of Engineering Management

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