Formas de considerar al tiempo (II)
3. El tiempo como misterio.
Si tomamos el tiempo como “misterio”, este se convierte en algo ajeno a nuestro interés consciente. Dice el MBR que “esta actitud con respecto al tiempo es similar a la que tenemos comúnmente hacia nuestro cuerpo. Por ejemplo, no somos conscientes de nuestro estómago hasta que éste se descompone y nos duele. El ver al tiempo como un misterio da a veces buen resultado; pero otras, el poder del tiempo pareciera descender desde algún lugar exterior a nosotros causando estragos en nuestros planes y propósitos”.
A continuación veremos algunos comportamientos que acompañan por lo general a la actitud de considerar al tiempo como un misterio, y que han sido retomados del MBR:
· Concentrase intensamente en la tarea que se está realizando. El científico de un laboratorio es un ejemplo típico de esta clase de propósito único; y también lo es todo ejecutivo cuando permite que un solo aspecto del trabajo oblitere todas las otras consideraciones.
· Considerar con desconfianza y tal vez con envidia a la gente que demuestra tener otras ideas con respecto al tiempo. Cuando el tiempo parece estar fuera de nuestro control, es difícil tratar con otra gente cuya relación con el tiempo es más directa. El artista o el hombre teórico pueden ser un ejemplo de este caso. También lo es el hombre exitoso de empresa para quién el día de trabajo de ocho horas resulta muy rígido y limitado.
· Preocuparse acerca de consecuencias imprevistas. Cuando el tiempo nos parece un misterio, resulta difícil predecir lo que nos traerá. Cuando el tiempo parece venir e irse sin ninguna explicación racional, uno no puede proyectar con precisión sus necesidades, recursos, ni tampoco las reacciones de los demás en el futuro. Esta actitud prevalece aún en las personas más racionales cuando enfrentan situaciones de cambios repentinos, intensos, o de mucho alcance, donde los puntos de referencia previamente establecidos varían rápidamente.
· Negarse a tomar compromisos de tiempo muy definidos. Si usted se enfrenta con algo que no ha hecho nunca anteriormente, el tiempo repentinamente puede tornarse un misterio. Uno no sabe cuanto tiempo se prolongará cada fase. Para muchas personas esta actitud es habitual; ellas consideran a muchas de sus tareas y actividades como “nuevas”, e impredecibles, y al dedicarse a lo que sobreviene, piensan que no pueden predecir cuánto tiempo les absorberá.
Muchos de nosotros tomamos esta actitud, buscando evitar que el manejo del tiempo se “convierta en un problema”, ya que de esta manera podemos concentrarnos en las actividades inmediatas. Pero resulta que tomemos o no tomemos en cuenta el factor “tiempo”, este siempre nos termina afectando en todo lo que hacemos.
4. El tiempo como esclavo.
En este caso, el individuo trata de mantener el control del tiempo. Uno de los puntos centrales es hacer el uso exacto del tiempo. El MBR identifica los siguientes comportamientos cuando se toma esta actitud:
· Vivir en el futuro. Cuando cada día de la semana debe ser dominado por la voluntad, se requiere necesariamente tener una planificación previa del tiempo; y al estar cada día planificado, el tiempo presente requiere sólo la ejecución del plan, mientras que nuestras energías efectivas se concentran en perfeccionar el plan del día o de la semana siguiente.
Las reuniones suministran ejemplos excelentes de este fenómeno en acción. En lugar de sumergirse en el diálogo corriente, la gente piensa en lo que va a decir a continuación, lo que va a hacer cuando se termine la reunión, qué planes deben trazarse para implementar lo que se está diciendo en el presente.
· Sentirse culpable o avergonzado por ser espontáneo. Cuando una persona siente la necesidad de ejercer el control total sobre el tiempo, ceder a la tentación de desviarse de los planes trazados, representa una derrota o, por lo menos, una indisciplina. Muchos ejecutivos, cuando deben permanecer más tiempo que el previsto en un almuerzo de negocios (aunque sea eminentemente productivo) se sienten, no obstante, frustrados e insatisfechos.
· Sentirse abrumado por las responsabilidades. Propiedad, posesión, control y dominio, pueden resultar cargas abrumadoras. Cuando se siente la necesidad de explotar al máximo las posibilidades de cada segundo, el resultados es frecuentemente agotamiento. Ejemplos de este tipo, pueden verse cuando individuos llevan “trabajo a casa” durante un periodo vacacional, o también, cuando los mandos superiores no pueden delegar trabajo a los subalternos, ya que tienen miedo a perder el control.
Además, el MBR destaca que “las atracciones de esta actitud hacia el tiempo están entre las más ampliamente reconocidas por la sociedad occidental. Se supone que esta actitud es el fundamento del trabajo y del logro. Suministra una norma y media del valor individual y establece una simple escala de valores personales; es loable usar el tiempo eficientemente; es deplorable malgastarlo en formas improductivas”.