Componentes no verbales
Decíamos anteriormente que las componentes no verbales son la mirada, los gestos, la expresión facial, la apariencia física... Estas variables tienen su propio valor comunicativo. Incluso de manera inevitable; así, por ejemplo, la mirada que estamos utilizando en un momento determinado dice algo de nuestro estado: mirar a la barbilla de nuestro interlocutor en vez de a sus ojos hará que éste piense que somos tímidos, que estamos nerviosos, o que tenemos cierto temor.
Las variables no verbales de la comunicación acompañan al contenido verbal de dos maneras posibles :
• Acompañando y/o enfatizando el mensaje verbal : ambos códigos van en consonancia. Un ejemplo de esta situación tendría lugar cuando, por ejemplo, decimos la expresión "esto es muy importante" , y la acompañamos con un movimiento de manos; el efecto es más convincente, sin duda.
• Contradiciendo el mensaje verbal : cuando el código visual y el verbal no van en consonancia, solemos darle más credibilidad a la información visual; recordemos la típica situación en la que un niño pequeño nos dice que ha hecho los deberes, mirando al suelo y con un ligero rubor de mejillas. ¿Le hemos creído?
Los componentes no verbales de la comunicación son la base de las primeras impresiones que nos formamos de los demás, que tardan solamente unos segundos en producirse. Además, no somos conscientes de todos los elementos en los que nos basamos exactamente para crearnos una primera impresión de alguien incluso sin que nos hable. ¿Por qué decimos que alguien es seguro de sí mismo? ¿Por la ropa que lleva? ¿Por la manera de moverse? ¿Porque sonríe mucho?
Cada persona utilizamos criterios diferentes, aunque todos coincidimos en que muchos de ellos son inconscientes; es decir, no sabemos en qué nos hemos basado para formarnos una impresión de alguien en unos pocos segundos. Es más,algunas de las señales no verbales que nos llegan de un interlocutor lo hacen de manera inconsciente; un ejemplo de señal de la que nos somos conscientes prácticamente es de la dilatación pupila de nuestro interlocutor.
Esta variable se ha demostrado que es reflejo del interés que sentimos hacia algo. Las pupilas se contraen si sentimos rechazo hacia algo, y se dilatan si sentimos atracción. Varios experimentos avalan el hecho de que se juzga más atractiva la foto de un persona con las pupilas dilatadas que cuando están contraídas.
Está claro que todas las señales no verbales que emitimos no son tan difíciles de controlar como la dilatación pupilar. Pero la experiencia clínica apunta al hecho de las mayores dificultades de las personas a la hora de mejorar su competencia social radica en el control de los aspectos no verbales de la comunicación . No es tan importante el "qué decir" sino el "cómo decirlo".
La investigación ha puesto de manifiesto un fenómeno muy curioso: solemos acabar provocando en lo demás el mismo tipo de comportamiento no verbal que nosotros mismos emitimos. Es decir, la forma de comportarnos de los demás, en parte viene provocada por nuestra propia influencia.
También es importante conocer el hecho de que tanto las expresiones faciales como los gestos están mediatizados culturalmente . Así, por ejemplo, levantar el pulgar hacia arriba lo hacen las personas que practican autostop de muchos países; si embargo, utilizar ese gesto en Grecia se consideraría como una gran ofensa.