La comunicación gestual
Entendiendo por comunicación a la acción y efecto de comunicar en el que se intercambian un conjunto de códigos y signos entre un emisor y un receptor, puede distinguirse tres tipos de comunicación: la hablada, la escrita y la gestual.
Este tercer tipo de comunicación, la gestual, corresponde al lenguaje no verbal ni escrito que se realiza a través de expresiones corporales. Estas expresiones realizan las siguientes funciones en la comunicación: contradicen, afirman, refuerzan o complementan el mensaje.
La importancia de este tipo de comunicación es clave, ya que sin ella el mensaje emitido de forma oral o escrita perdería gran significado y no se realizaría una comunicación completa. Además, es importante destacar cómo en muchas ocasiones este tipo de comunicación no sólo actúa como complemento a las anteriores, sino que actúa como única y principal vía de comunicación.
Ejemplos:
- El lenguaje de signos empleado por los sordomudos. Éstos hacen de la expresión gestual su única vía de comunicación.
- Locutores de radio. Parte de la comunicación que se establece entre un locutor de radio y el realizador en un estudio, se hace a través de la comunicación gestual, empleando para ello signos establecidos con significaciones específicas para así comunicarse, sin tener que influir en el mensaje radiofónico emitido y no ser con ello perceptible para la audiencia.
La expresión gestual se realiza principalmente con las siguientes partes del cuerpo:
- La cabeza: para realizar gestos de afirmación o negación.
- Ojos y boca: gestos de confusión, enfado o alegría.
Cejas:
Una única ceja en alto: denota duda.
Ambas cejas en alto: denota sorpresa.
Ambas cejas bajadas: incomodidad o temor.
- Manos: gestos de negación, sosiego, nerviosismo, cercanía o seriedad.
- Brazos: enfado, alegría, cercanía.
En la mayoría de casos en los que empleamos la comunicación hablada la acompañamos de los gestos anteriores. Es fundamental para complementar el proceso comunicativo, ya que enfatizan el discurso y hacen que éste pierda monotonía, ayudando con ello a que el receptor asimile con mayor rotundidad y acierto el mensaje que se transmite.
Precisamente por su importancia, es fundamental controlar los gestos que hagamos durante el discurso, ya que éstos podrían jugar a nuestro favor o en nuestra contra según los realicemos.
Por ejemplo:
- Tener los brazos cruzados denota hostilidad o rechazo.
- Gesticular en exceso denota nerviosismo.
Para llevar a cabo una correcta locución y oratoria del discurso, al igual que hemos estudiado cómo cuidar el mensaje hablado y escrito, es importante cuidar el mensaje que emitimos con nuestros gestos.