Boda (II)
En la ceremonia religiosa hay que recordar las siguientes reglas:
El novio esperará a a la novia a la entrada del templo, pero los invitados deben estar ya dentro.
A la novia se le admite un retraso, que no debería superar los 15 minutos.
Hacia el altar van primero los pajes, luego la novia del brazo de su padrino (su padre, su hermano mayor o, a falta de ellos, el familiar más cercano: nada del jefe, por mucho que se quiera quedar bien con él). Después irá el novio del brazo de su madrina.
Mirando al altar, se situarán de izquierda a derecha:
Por su parte, los familiares del novio se colocan en los bancos de la derecha de la Iglesia (mirando hacia el altar), y los de la novia en los bancos de la izquierda.
A la salida del templo, nada de tirar arroz, serpentinas, caramelos u otros objetos contundentes.
Si la boda es civil, ella no debe vestir el tradicional traje de novia, sino que con ir convenientemente arreglada es suficiente.
En el banquete hay que tener en cuenta las siguientes indicaciones:
Antes del banquete se servirá un aperitivo que no debiera prolongarse más de media hora. Es la oportunidad para que los invitados se vayan conociendo.
Los familiares más cercanos del novio y de la novia deben tratar de presentar a los invitados que no se conocen y evitar que ninguno de ellos deambule como alma en pena.
A los invitados se les habrá asignado ya un lugar determinado en las mesas. Conviene sentar juntos a invitados que provienen de una y otra familia.
Cuando los novios cortan la tarta, los invitados se abstendrán de gritar "vivan los novios", "que se besen", "que saluden", "torero, torero", u otras lindezas parecidas.
En los postres los novios pasearán entre las mesas saludando a los invitados y dándoles las gracias por su presencia. Los invitados sonreirán y le dirán a la novia "que novia más guapa" (aunque no haya por donde cogerla) y a él, al oído, alguna barbaridad.
A título de curiosidad, y para que los recién casados no tengan que esperar 25 años para celebrar el primer aniversario de su boda, conviene recordar que hay otros aniversarios, quizás menos significativos, pero que pueden ser una buena excusa para darse un homenaje: