Trabajo en Grupo
El trabajo en grupo es una actividad que ocasionalmente se presenta tanto en el colegio como en la universidad. A la complejidad que de por si presenta cualquier proyecto, hay que añadir los problemas de relaciones personales que pueden surgir dentro del grupo.
Un punto clave en el buen éxito de un trabajo en grupo es la buena relación entre sus miembros.
Lo primero que hay que hacer es elegir a los componentes del equipo:
No necesariamente tienen que ser tus mejores amigos. Deben ser compañeros trabajadores, que se toman las cosas en serio y de fácil trato. Hay que procurar que esta buena relación exista entre todos los componentes del grupo.
Hay que evitar personas polémicas, avasalladoras, poco diplomáticas, por muy buenas que puedan ser trabajando.
Una vez elegido el grupo lo primero que hay que hacer es celebrar una reunión preliminar en la que a todos los componentes les quede claro cual es trabajo que tienen encomendado.
Se fijarán las reglas de funcionamiento del equipo: por ejemplo, lugar de reuniones, frecuencia de las mismas (semanales, quincenales, etc.), nombramiento de un coordinador, etc.
Se determinará la tarea encomendada a cada componente del grupo. Las cargas de trabajo individuales deben ser lo más equilibradas posibles, evitando que haya diferencias significativas.
Hay que planificar el tiempo disponible hasta la entrega del trabajo. Se determinarán los distintos pasos que hay que completar y el tiempo disponible para cada uno de ellos.
Por ejemplo:
1ª semana: búsqueda de información.
2º y 3ª semana: desarrollo individual de las partes asignadas.
4ª semana: análisis de las aportaciones individuales.
5ª y 6ª semana: refundición de las aportaciones individuales.
7º y 8º semana: análisis y correcciones del texto refundido. Redacción de conclusiones.
9ª semana: entrega.
Este calendario permitirá conocer si se avanza correctamente o si, por el contrario, se están produciendo retrasos que puedan dificultar la finalización del trabajo en el plazo permitido.
Las reuniones periódicas que se vayan manteniendo permitirán ir comprobando si todos los miembros del equipo están trabajando en la línea fijada y si se están cumpliendo los plazos previstos.
No se puede esperar hasta el último momento para conocer que uno de los integrantes del grupo no ha realizado su parte.
El equipo funcionará bien en la medida que todos sus miembros se impliquen en el proyecto.
Es fundamental que todos participen en las deliberaciones, expongan sus puntos del vista. Hay que evitar que algún(os) miembros(s) monopolice(n) las reuniones, se adjudiquen un protagonismo desmedido, tomen unilateralmente decisiones que afectan a todos.
Si algún miembro del equipo se muestra más retraído hay que tratar de animarle a participar en las deliberaciones.
Si algún integrante del grupo no cumple satisfactoriamente con su cometido hay que hacérselo saber, requiriéndole un cambio de actitud.
Si persiste en su comportamiento el resto del grupo tendrá que comunicarle que no se piensa admitir dicha actuación, dándole un plazo para rectificar y en caso contrario proceder a su expulsión.
El equipo no puede consentir que uno de sus componentes ponga en peligro el éxito del proyecto, ni que trate de aprovecharse de sus compañeros.
Cada miembro del equipo debe colaborar en mantener un buen ambiente de trabajo, evitando que surjan conflictos que deterioren el ambiente.
Hay que ser muy respetuoso con los compañeros, valorando y respetando sus opiniones aunque no se compartan. Esto no implica renunciar a los propios puntos de vista, pero sí ser flexibles y comprensivos con otros planteamientos.
Hay que ser tolerante con los errores de otros, especialmente con aquellos cometidos por compañeros implicados de verdad en el proyecto.