Anexo
Y ahora va mi regalo: La puesta en escena de Agamenón. Muerte y vengaza. Verán que he puesto en práctica los consejos y sugerencias del curso. Las acotaciones que están en negrita, cursiva y subrayadas se refieren a las instrucciones para dicha puesta en escena
AGAMENÓN
(MUERTE Y VENGANZA)
Clitemnestra
(El coro está alineado al fondo. Más adelante por la derecha está Esgisto y un poco más Clitemnestra. En el proscenio, Agamenón a la izquierda y Casandra a la derecha. Todos dan la espalda al público salvo Casandra y Agamenón)
CORO.- Diez años han sido necesarios
Para que Troya fuera destruida
Diez años han sido necesarios
Para que Micenas pueda
Beber con sus aliados el vino de la victoria.
Las llamas devoraron los palacios.
Con victorias ganadas y perdidas consiguieron los aqueos
Acabar con la ciudad.
(El coro da un giro de 180ºy apunta al público con la mano derecha)
Pero no pudieron destruir para la historia el recuerdo de su inmolación.
Uno de los componentes.- Hoy regresan los héroes cantando himnos a los dioses
Otro.- En la Patria se oyen los cantos de sus hazañas
Otro.- Pero ¡cuántas cenizas de los aqueos
Yacen mezcladas con las cenizas de los troyanos!
Otro.- ¡Cuántas esposas esperan inútilmente a sus maridos!
Otro.-¡Cuántas madres soportaran para siempre la ausencia de sus hijos!
Otro.-¡cuántos hijos esperan el regreso de sus padres!
Todos.- Y todo, ¿Para qué?
Uno solo.- Para lavar, ja, ja ,ja el honor de Menelao,(con ironía)
Otro.-Para vengar la audacia de Paris
Otro.- Para hacer regresar a la bella Helena.
Todos.- Y todo ¿para qué?
(Pausa)
(Dos del coro avanzan hacia adelante)¿Sirvió de algo la guerra?
Otros dos.-¿Acaso fue útil la guerra?
Otros dos.-Un rastro de dolor y lágrimas ciega los vencidos .
Otros dos.- ¿Y acaso el dolor y las lágrimas no ciega a los vencedores?
(Queda el coro como si fuera la columnata de un palacio)
Todos.-¿Quién entonces ganó la guerra?
¿Para qué sirvió la guerra?
Amiga de Clitemnestra.- (Es uno de los componentes del coro que avanza hacia Clitemnestra por la derecha) Clitemnestra, Agamenón regresa con el estandarte de la victoria.
Clitemnestra.- No me has traído una grata noticia. Agamenón es el rey de Micenas, y como rey de Micenas tenderé las alfombras en su camino. Es el rey de este palacio y le pondré los mejores sillones para que se siente; y le atenderán las más serviciales esclavas. Pero no es el dueño de mi casa. Él no habita en mi corazón. Esto diez largos años me han servido para reflexionar en mi pasado y para pensar en mi futuro.
Amiga….- Los poetas están cantando sus hazañas como el mayor de los héroes.
Clitemnestra.- ¿Héroe?. ¿Acaso los poetas conocen a Agamenón?. ¿Cómo puede considerarse héroe a una persona tan despiadada.(Pasea por el palacio).
Amiga… - En el pueblo se oyen himnos a su gloria
Clitemnestra.-¿Por qué no cantan el asesinato de su propia hija Ifigenia?.( a Egisto) Egisto, no te vayas. Mientras mi esposo ha estado cubriéndose de gloria, tú has sido incondicionalmente mi compañero
Egisto.- Clitemnestra, no temas mi partida. No estuve en Troya. Allí no me necesitaban. En cambio te he sido fiel en estos interminables días de tu soledad. Entiendo que no puedas compartir tu lecho con el asesino de tu hija.
(música de Aida, Verdi.
Agamenón y Casandra giran y avanzan hacia sí al ritmo de la música. Quedan juntos de mano, de espaldas al público. Crean la sansación de avanzar hacia el fondo, pero no se mueven ; los componentes del coro van haciendo la venia como si pasara la pareja. Ellos son los que crean la ilusión del movimiento
Coro.-(Al terminar lamarcha) Agamenón, las olas del mar te traen al puerto de tu querida patria. Micenas espera deseosa la presencia de su amado rey. Hoy vienes a beber la paz que merecidamente te has ganado.
Casandra.- Agamenón, quisiera celebrar el triunfo de tu victoria. Pero ¿cómo puedo celebrar la pérdida de la felicidad que compartí contigo en Troya durante tanto tiempo?.
Agamenón.- Entrarás en mi palacio y pisarás las alfombras que mi esposa tenderá en tu camino.
Coro.-¿ Acaso a un rey que no es justo tiene el pueblo la obligación de obedecerle.?
Egisto.-(Tomando vida y volviéndose a Clitemnestra) No siempre los dioses imparten justicia.¿ Cuántas veces favorecen a los hombres más nefastos?
Clitemnestra.- No siempre hay que esperar la justicia de los dioses. Primero exige la justicia. Luego haz que se cumpla. Si los dioses no te responden hazte justicia tú mismo.
Egisto.- -Entiendo lo que has dicho, Clitemnestra. Seré tu espada si fuera necesario-
(En otro plano)
Agamenón.- ¿ Por qué tiemblas, Casandra?-
Casandra.- Los hados no nos son favorables.
Agamenón.- Como adivina que eres, tengo que creer en lo que estás diciendo. Pero, observa, mi esposa me recibe como esclava y yo entro en mi palacio como rey. Fuiste mi compañera en Troya. Aquí ocuparás el lecho de Clitemnestra.
Casandra.- El destino no nos repara esta dicha. Lo leo en las estrellas.
( en el otro plano)
Egisto.- Has hecho bien en no esperar al hombre que nunca te amó.
Clitemnestra.- Los dioses no han sido justos conmigo. ¿Cómo han podido premiar con el sabor de una victoria teñida de sangre?
Egisto.- Los dioses no han hecho justicia.
Clitemnestra.- Si los dioses no han hecho justicia, la haré yo con mis manos. ( Avanza hacia Agamenón y lo apuñala)
Agamenón.- Con mi sangre, esposa mía, has aplacado tu odio. Pero no has cumplido la justicia de los dioses. Mi muerte será vengada. Cae falleciendo en los brazos de Casandra)
Casandra.- Lo decía, Agamenón. Ya no estabas protegido por los dioses .Los hados no nos eran favorables. Lo estaba leyendo en el vuelo de las aves. Renunciamos a nuestra vida en Troya y y venimos a encontrar la muerte en la paz de Micenas. Casandra lo recita llena de dolor por la muerte de Agamenón)
Egisto.- (apuñalando a Casandra) Te prometí Clitemnestra que seré tu espada y tu puñal.(
Los simulacros de los apuñalamientos terminan quedando los cuatro petrificados como un grupo escultórico)
(Pausa larga. El coro se adelanta al prosenio y…)
Coro.- Y Clitemnestra tomó el poder de su patria y vivió como reina junto a Egisto durante siete años hasta encontrar la muerte en las manos de Oreste, su hijo, que vino a vengar la muerte de su padre. Así se cumplió la justicia de los dioses.
Electra
Electra, Orestes, Clitemnestra, tres campesinas, tres furias.
Orestes, en el proscenio, por la izquierda está con una rodilla en el suelo y su cuerpo reclinado sobre el resto el cuerpo. Clitemnestra en la misma posición que Orestes más al fondo al lado contrario. Esperan su turno de intervención)
Electra, vestida de campesina, está ante la tumba de su padre al fondo del escenario a la izquierda.( Campesinas y Electra van vestidas con un humilde traje de color gris o beige) El coro de campesinas habla dando la espalda al público de manera que sea Electra la que mira hacia el patio de butacas expresando en su cara los sentimientos de furia y deseo de venganza)
Campesinas.- Han pasado siete años, tu padre quiere descansar en el seno de los dioses. Déjale que encuentre la paz y el sosiego que tanto necesita.
Electra.- La sangre derramada es como un río. No encontrará la paz hasta que no llegue a la orilla y allí mezcle sus aguas con el mar
Campesinas.- Sabemos que tú no tienes paz. No puedes perdonar que Egisto ocupe el trono de tú padre. Sabemos que tu vida peligra porque el teme por la suya. Pero, Electra, sométete al destino y busca la paz en tu corazón.
Electra.- Egisto es un vil cobarde. Ha robado el trono de mi padre. Y pone en peligro mi vida para tener a salvo la suya.
Campesinas.- Mató a Orestes siendo un niño inocente.
Electra.- Orestes fue perseguido por su propia madre.
Campesinas.- Y Egisto lo apuñaló mientras dormía.
Electra,- No era Orestes. Nuestra esclava puso en su lugar su propio hijo.
Campesinas,. Escucha, se oyen pasos… Se acerca un extranjero. (moviéndese hacia un lado y dando paso a Electra. Mientras Orestes se incorpora sin dejar de darle la espalda al público
Extranjero.- Campesina, Busco el palacio de la reina. (Electra y él se miran intensamente, petrificados) Ahora Orestes está a un cuarto de pefil mirando a Electra)
Electra.- Está cerca. ¿que busca?
Extranjero.- Ha muerto Orestes. ( Le muestra un cofre) Aquí traigo sus cenizas. (Voces de asombro de las campesinas)
Electra.- Yo las llevaré a la reina. (Toma el cofre) Ella es mi madre. (Pausa) Ve al jardín. (Pausa) Ve a darle la noticia a Egisto, su esposo.(Pausa) Pero un momento, toma este puñal, puede que te encuentres con alguna alimaña. (le da el puñal de manera que él lo tome por el mango)
Campesinas.- ¿Alimañas?
Electra.- Sí. Nunca se sabe. Este puñal dio muerte a mi padre Agamenón. (Insistiendo) Recuerda, extranjero, hay alimañas en el jardín.( La cara de Electra tiene que ser muy expresiva. Está revelando sus intenciones)
Campesinas.- ¿ No lloras la muerte de tu hermano?
Electra.- Apenas queda sangre por mis venas. Ya no tienen lágrimas mis ojos. He llorado la ausencia de mi hermano durante estos largos años Tendria que llevar vestidos de seda y no esta falda de lino. Las joyas que luce mi madre podrían ceñir mi cuello y mis muñecas. Podría pasear por los jardines del palacio, y no permanecer escondida en casa de un campesino. Mi hermano no habría tenido que huir de la ira de ese usurpador del trono. Mi corazón ya no pide justicia. Mi corazón está clamando venganza.
Campesinas.- Aún esperas la llegada de tu hermano para vengar la muerte de tu padre.
Electra.- Cierto.
Campesinas .- Pero sólo te han traído sus cenizas.
Electra,- Aún espero los favores de los dioses. Segura estoy de que ellos no me han abandonado.
Campesinas.- ¡Pobre Electra! Antes le acompañaba la ilusión del regreso de su hermano. Ahora ya no tiene compañía
Electra.- (con el cofre de las cenizas en las manos) Orestes, hermano mío. Un día descansarás eternamente con nuestro padre, cuando los dioses hagan justicia.
Campesinas.- ¡Pobre Electra!. El terrible deseo de venganza le anula su felicidad (Se marchan por la izquierda)
Electra.- Llamen a la Reina. Para que venga a velar las cenizas de su hijo. Las campesinasse marchan por la izada)
(al rato)
Clitemnestra.- ¡¡Hijo mío!! (Se incorpora y avanza hacia el cofre que tiene Electra)
Electra.- ¿de dónde sacas esas lágrimas?.
Clitemnestra.- Electra, no es momento para castigarme. Compartamos el dolor de la muerte de mi hijo y hermano tuyo.
Electra .- ¿Por qué lloras ahora? Aún recuerdo el día que le diste el puñal a tu amante para que acabara con su vida. Vivió escondido durante todo este tiempo. Vivió huyendo de ti y de tu amante para salvar su vida y ahora lo llamas hijo tuyo.
Clitemnestra.- Yo lo he amado y siempre he deseado su regreso.
Electra.- ¡Qué hipocresía más grande! Siempre lo has creído muerto.
Clitemnestra.- Porqué hablas así. Nunca pude amarlo como quise. Una vez lloré su pérdida. Porque era hijo mío. Hoy vuelvo a llorarle ante sus cenizas.
Electra.- ¿Por qué mientes? ¿Por qué te mientes a ti misma? Tú enviaste a matarlo.
De saber que estaba vivo le habrías buscado para darle muerte. Sabes que volvería para buscar al asesino de su padre
Clitemnestra.- ¡¡Calla ya!! ¿Cómo puedes tener un corazón tan duro?
Electra.- La vida y tú me han endurecido el corazón.
Clitemnestra.- ¿Cómo puedes hacer sufrir a una madre?
Electra.- Nunca llamaré madre a quien dio a mí vida para luego arrebatármela( Entran las campesinas)
Campesinas.- Reina. Egisto fue hallado muerto en el jardín.
Clitemnestra.- ¡¡No!!¡Cómo ha sido!
Campesinas.- Tiene un puñal en el pecho
Electra.- Los dioses están haciendo justicia.
Campesinas.- Ya no es justicia. Es venganza.
Electra.- Egisto encontró su castigo. (Pausa) Y, escucha. ( a Clitemnestra) Estás velando las cenizas de un viejo roble. Orestes aún vive.
Campesinas.- ¡Es posible! ¡Pobre Electra! (Se marchan por el mismo sitio. Se prepararán para salir en el papel de furias)
Extranjero.-(entrando) Aquí estoy, madre. Orestes soy yo (le apuñala en el vientre. La reina muere abrazando a su hijo y mirándolo fijamente.). No me mires, madre. No-me-mi-res. (llora con amargura. La deposita en el suelo)
Electra.- No te turbes, Orestes.
Extranjero.-He matado a mi madre. (Todo el próximo parlamento lo recitará con una enorme pesadumbre y amargura)
Electra.- Has matado a quién dio muerte a tu padre. Has matado a quién te buscó para darte muerte a ti. Has matado a quién me expulsó de mi palacio.
Extranjero.- Y aún así es mi madre. Nunca podré olvidar sus agonizantes ojos.
Electra,- Pero nuestro padre ya descansa, su sangre ha sido vengada
Extranjero.- Pero, Porqué yo?
Electra.- Apolo pedía esta venganza, tu sólo fuiste un instrumento.
Extranjero.- (mirando el cadáver de la madre). Si al arrancar el puñal te devolviera la vida, te arrancaría el puñal.
Electra.- Orestes, no te culpes sólo has cumplido el deseo de los dioses
( música: Dúo de Lakmé, de Delibes, aumenta el volumen cuando van apareciendo las furias, disminuye con las palabras de Orestes y luego aumenta hasta envolver totalmente la escena) (Las furias visten cubiertas de una fina sábana negra perforada de dados. Dos de los dados estarán en los ojos)
Las Furias.-Orestes…
Las Furias .- Orestes…
Las Furias.- Orestes…
Extranjero.- Furias del Averno, no es necesario vuestros azotes. Bastante me castigo yo viendo como corre por mis manos la sangre de mi madre.
Orestes
Electra, Orestes, Pílades, tres Furias.
(Electra y Orestes hablan en el centro del escenario. En el proscenio, lijeramente a la izquierda, está Pilades, rodilla en tierra e inclinado hacia adelante, esperando su intervención Las furias circulan sin parar por los bordes del escenario)
Electra.- Tú corona es del oro más brillante. Pero el color de tu cara sigue siendo de mármol blanco. ¡Qué pena hermano mío! Un reino tan extenso y nunca podrás disfrutarlo como la haría cualquier rey.
Orestes.- Me deshice del puñal, pero nunca borraré el recuerdo.
Las Furias.- Quien mata a su madre nunca encontrará la paz
Electra.-¡ Dejarlo ya.! ¿No les parece muchos años de castigo?
Las Furias.- Mientras viva en la tierra seguirá expiando su crimen
Orestes.- Es un castigo insoportable para cualquier mortal. Y aunque ellas se alejaran yo seguiría siendo mi verdugo.
Los Furias .- Los dioses no perdonan
Electra.- ¿Porqué no perdonan los dioses? Los dioses ordenaron la venganza.
Las Furias.-Fue Apolo, solamente. Solo Apolo le protege.
Electra.- ¿Qué va ser de Argos y de Arcadia sin tu presencia? ¡Ya no sólo eres el rey de Micenas! ¡Otro hombre se sentiría orgulloso de su reino!
Orestes.- ¡Para que quiero un vasto reino si no tiene paz mi corazón!
Las Furias.- Apolo no puede protegerlo de nosotras.
Electra.- ¿No fue suficiente el sacrificio que ofrecimos en Atenas para aplacar vuestra ira?
Orestes.- No deseo protección de Apolo. Tengo que cumplir el castigo por la muerte de mi madre.
(Se incorpora Pilades)
Pílades.- ¡Orestes!
Electra.- Pílades. Nunca abandones a mi hermano. Ustedes dos se criaron juntos y juntos jugaban siendo niños en el reino de tu padre. Incluso le acompañaste en el viaje de regreso.
Pílades.- Siempre hemos sido inseparables. Deseaba ser sacrificado en mi lugar, en Tauride, para verse libre de la persecución de las Furias. Nos liberó su hermana Ifigenia al reconocerlo.
Electra.- ¿Ifigenia? Mi padre la ofreció en sacrificio a las diosa Artemisa
Pilades.- Ifigenia nunca fue muerta por su padre. Artemisa la sustituyó por una cierva, pero él nunca lo supo. La diosa la llevó a Táuride y allí la convirtió en su sacerdotisa.
Electra.- ¡Mi hermana vive!
Pilades.- Tu hermana vive.(a Orestes) Orestes, un rey sin ilusiones no puede vencer a sus enemigos.
Orestes.- Yo soy mi único enemigo, Pilades.
Pilades.- ¿Y tus súbditos? ¿Qué será de ellos sin un rey que los defienda.?
Orestes.- Cuando mi corazón halle la paz me haré fuerte contra mis enemigos.
Las Furias.- Nunca encontrará esa paz. Tendrá que expiar su crimen mientras viva.
Pilades.- ¡Euménides! Hicimos un altar para aplacar vuestra ira.
Las Furias.- Pero el crimen de Orestes no puede quedar sin castigo.
Orestes.- Descuida, Pilades. Aunque ellas no me atormentaran, me castigaría mi corazón. Nunca me limpiaré mis manos de la sangre de mi madre.
Las Furias.- El crimen contra una madre nunca quedará sin castigo
Pilades.- Pero Atenea aplacó vuestra ira.
Las Furias.- Atenea no tiene dominio sobre nosotras. Tampoco lo tiene Zeus. Nosotras no debemos obediencia a ningún dios.
Pilades.- ¡Pero cómo puede anidar tanta malicia en vuestros corazones!
Las Furias.- Para nosotras no existe la maldad, ni la bondad. No reconocemos los sentimientos. Sólo reconocemos la justicia. Es justo que todo culpable expíe su delito.
Electra.- ¿Y dónde estaban ustedes cuando mi madre mató a su esposo?
Las Furias.- Un esposo no es una madre.(Pausa)
Orestes.- ¡Dejadlas!. Aunque no me persiguieran, no habría paz en mi corazón de todos modos.
Las Furias.- Además, Clitemnestra obró justamente. Ella vengó la muerte de su hija Ifigenia.
Electra.- Ifigenia. Nunca murió
Pilades .- Fue salvada por Artemisa.
Las Furias.- Eso nunca lo supo Agamenón. Agamenón siempre se sintió asesino de su hija (Pausa) Y Clitemnestra nunca supo que su hija estaba viva.
Electra.- Tampoco supo mi madre que Orestes quedó a salvo de su crimen.
Las Furias.- Nosotros somos las que juzgamos. Los mortales no pueden juzgar a los dioses.
Electra.- (con sorpresa) ¡Cuidado!, Orestes
Orestes.- Tranquila, hermana. No te hará daño. Yo la retiraré de tu camino (la coge. La serpiente se enrosca por su brazo, mordiéndolo en la mano)
Pilades.- ¡Te ha picado, Orestes!
Electra .- Te ha traído la muerte, hermano mío
Orestes.- No sufras Electra, me ha traído la paz.(pausa) ¡Furias!, ya estoy libre de vosotras. Ya no podéis mortificarme. ( moribundo Frente al público)
Furias.- (Dejan de circular) Mejor ha sido así,para Orestes, tu protejido ¡Oh! Dios Apolo, así acabará este largo río de venganzas.
(Se oye la música de Marble halls de Enya hasta invadir toda la escena. El acto acaba al acabar la canción)
Erasmo Juan Delgado Domínguez