El director y la obra
Cuando me propuse poner en escena, la obra de Agamenón de Esquilo, hice, lo que haría cualquier director, leerla. Desde el primer vistazo comprendí que aquellos monólogos tan largos no iban a ser asumidos por los alumnos; menos lo iba aguantar y comprender el público que nos iba a escuchar, un colectivo de jóvenes con edades comprendidas entre 14 y 18 años.
Entonces mi primer paso fue modificar esos monólogos. Convertir la obra de Esquilo en otra obra fresca y joven, pues la finalidad del teatro no es sólo enseñar sino enseñar entreteniendo. Los muchachos quedaron que seguir con ganas de seguir viendo teatro y mi grupo con ganas de seguir haciendo teatro
No me limité a transformarla sino en hacer una obra nueva sirviéndome como fuente la tragedia del autor griego. Vista la aceptación que tuve, me ilusioné y seguí trabajando la historia de Agamenón en la Electra y Orestes. Como he dicho, me serví del material griego como fuente para mi trabajo, pero ni siquiera puede considerarse una adaptación, sino un producto nuevo inspirado en aquellas grandes obras clásicas. Los tres actos en que se divide la obra, que titulo Agamenón. Su muerte. Su venganza se divide en tres partes cada una con su título Clitemnnestra, Electra y Orestes, de las cuales la única que ha visto la luz, es la primera. La duración de cada una es aproximadamente unos 25 o 30 minutos. El mismo tiempo que dura un recreo escolar, porque era el momento en que podía ser representada en el Instituto.