Los neurotransmisores que participan en el proceso de aprendizaje
Los neurotransmisores son compuestos químicos producidos por las neuronas, y en algunos casos por las células gliales, que llevan información de un lugar a otro en la sinapsis.
En este espacio vamos a citar a los que influyen más directamente en el aprendizaje.
A. La dopamina.- En el aprendizaje, la dopamina cumple un rol importante ya que aumenta el foco de atención y potencia la consolidación y el almacenamiento de información nueva en la memoria a largo plazo. También aumenta la memoria y el placer.
Ante una experiencia agradable, el cerebro segrega dopamina, y cuando esto sucede, se construyen memorias fuertes y duraderas de aquella experiencia.
Para que el cerebro esté motivado, se necesita un alto tono de dopamina, y de esta manera se mantiene la atención y se fijan los conocimientos.
Para provocar o incrementar la secreción de dopamina, se pueden realizar actividades en el aula que requieran movimiento físico, actividades musicales, experiencias novedosas, lúdicas, que se conecten con intereses personales, estimular el sentido de logro, de recompensa personal, de iniciativa y de humor.
B. La serotonina.- Se le conoce como la hormona de la felicidad.
Regula las funciones perceptivas y cognitivas. También es importante porque influye en la memoria y acelera el aprendizaje. Está relacionada con la inhibición del enfado, la inhibición de la agresión, la temperatura corporal, el humor, entre otros. Es necesaria para elaborar la melatonina, proteína fabricada en la glándula pineal del cerebro que se encarga de la regulación del sueño.
Aumenta con el papel de liderazgo y disminuye con el aislamiento.
Así mismo, la serotonina nos produce el placer de la acción cumplida.
C. La acetilcolina.- Mejora la memoria a corto plazo. Se dispara cuando necesitamos mayor atención.
Lo imprevisible aumenta la acetilcolina, y en consecuencia, aumenta la retención y el aprendizaje.
D. La Noradrenalina.- Está especialmente relacionada con la atención, ya que provoca una activación excitatoria en la corteza cerebral, lo que facilita el estado de vigilia. Gracias a esto, el cerebro podrá seleccionar la información de la que no lo es y mejorar el rendimiento en las actividades que se orientan hacia un objetivo.