De la obligación a la elección
La exigencia de implicación y capacidad de decisión es un cambio amplio y generalizado en la sociedad, y suele describirse como el cambio de la obligación a la elección. La mejor manera de ilustrarlo es con el siguiente ejemplo.
Todos recibimos correo comercial y de organizaciones benéficas que no deseamos, y que consideramos que son una intromisión en nuestras vidas. Algunos de nosotros estamos en más listas de correos que otros, y a algunos nos molesta más que a otros figurar en ellas. La aparición de internet nos dio acceso a lo que queremos cuando queremos. Nos descargamos lo que queremos, en lugar de tener tirar a la basura lo que nos meten en el buzón sin haberlo pedido.
En la gestión personal sucede algo parecido. Antes se podían dar instrucciones y órdenes para que los subordinados hicieran lo que uno quería, pero ahora esperan y exigen que se les trate de otro modo. Es la evolución de la conciencia de la sociedad colectiva, y deberíamos estar agradecidos, porque nos abre el camino hasta la posibilidad de un rendimiento mucho más elevado.
La responsabilidad personal requiere capacidad de elección, y la capacidad de elección implica libertad. La gente empieza a darse cuenta de que no solo es eso lo que quiere, sino que puede tenerlo en mayor medida de la que solía creer.
Gracias a la aplicación del coaching en cualquiera de los ámbitos, nos damos cuenta de que esa elección de la que hablamos implica en muchas ocasiones sentirse perdido o confuso. Es por ello que con la metodología del coaching, podemos guiar a las personas que en un momento o momentos determinados de sus vidas se sienten confusos y no saben bien por dónde ir. La fijación de objetivos será clave, y para ello la ayuda de un coach será determinante.