La aplicación del coaching
Las oportunidades más corrientes para aplicar el coaching en el trabajo son las siguientes:
- Motivación del personal.
- Delegar.
- Resolución de problemas.
- Relaciones interpersonales.
- Refuerzo del equipo.
- Valoraciones y evaluaciones.
- Rendimiento.
- Planificación y revisión.
- Desarrollo de personal y trabajo en equipo.
La lista es muy larga y todas las oportunidades pueden tener cabida, pero son sin duda las mencionadas las que deben considerarse como más importantes a la hora de realizar una sesión de coaching.
El coach y directivo puede ser menos formal, de manera que en la conversación desarrollada de un modo normal, la palabra coaching no aparezca. En cualquier caso, entre gerente y empleados es habitual breves interacciones cotidianas. Es en estos casos cuando la interacción, a la que no consideramos como coaching, podría ser simplemente una pregunta. Ahora bien, las palabras escogidas, la intención y el efecto podrían ser distintos. En definitiva, estas pueden ser las cualidades más corrientes de un proceso de coaching.