La esencia del coaching
El coaching consiste en liberar el potencial máximo de las personas, para que puedan llevar su rendimiento al máximo. Consiste en ayudarlas a aprender en lugar de enseñarlas. La enseñanza entorpece la capacidad natural e innata de aprendizaje.
La idea forma parte de la historia. Fue Sócrates quien habló de ello hace más dos mil años, pero, de algún modo, su filosofía se perdió en la vorágine del reduccionísmo materialista de los últimos dos siglos. Posteriormente fue apareciendo un modelo psicológico de la humanidad más optimista que la anterior perspectiva conductísta, según la cual somos poco más que recipientes vacíos en los que todo debe verterse.
El nuevo modelo sugiere que nos parecemos más a las bellotas y que cada uno de nosotros esconde en su interior el potencial necesario para convertirse en un árbol sano y majestuoso. Necesitamos alimentarnos, luz y aire para crecer, pero nuestro gran árbol se encuentra en nuestro interior desde que nacemos.
Hoy día resulta complicado encontrar pruebas universales que demuestren el éxito de los nuevos métodos de coaching, porque son pocas las personas que los han entendido y aplicado plenamente, y muchos los que se han mostrado reticentes a dejar a un lado las antiguas fórmulas de efectividad comprobada para recoger las grandes recompensas de las nuevas. Ahora bien, desde hace poco, la participación del trabajador, el saber delegar, la responsabilidad personal y el coaching se han ido introduciendo en el lenguaje empresarial y a veces, incluso en la conducta.