Costes fijos vs costes variables
Los costes de una empresa se pueden clasificar en dos grandes grupos:
a) Costes fijos.
Son aquellos que no dependen del nivel de actividad de la empresa, sino que son una cantidad determinada, independiente del volumen de negocio.
Ejemplo: el alquiler de las oficinas. La empresa tendrá que pagar todos los meses el mismo alquiler con indepedencia del comportamiento de sus ventas.
Otros costes fijos: el sueldo de la secretaria del Presidente, el coste de financiación de los equipos informáticos, la minuta anual del abogado, la retribución del asesor fiscal, etc.
Los cotes fijos no son permanentemente fijos, sino que llegado a ciertos niveles de actividad pueden variar:
Ejemplos: los gastos de alquiler. Si la actividad de la empresa aumenta mucho, ésta se puede ver obligada a contratar más personal y, por tanto, puede que tenga que alquilar espacio adicional de oficinas.
De la misma manera, si su actividad cae mucho, la empresa puede empezar a reducir plantilla, con lo que el espacio actual de sus oficinas le puede quedar grande y decida trasladarse a otras oficinas más pequeñas.
Por ello, lo que se denominan costes fijos sería más correcto llamarlos costes semi-fijos.
b) Costes variables
Son aquellos que evolucionan en paralelo con el volumen de actividad de la compañía. De hecho, si la actividad fuera nula, estos costes serían prácticamente cero.
Toda empresa tendrá una serie de costes fijos y de costes variables. Incluso algunos costes que son fijos para una empresa, pueden ser variables para otra, y viceversa.
Dentro de cada actividad, la empresa puede tener cierta flexibilidad para elegir el tipo de coste en el que quiere incurrir, fijo o variable.
Ejemplo: una imprenta puede establecer su propio servicio de reparto, adquiriendo varias furgonetas (coste fijo), o subcontratar este servicio a una agencia de mensajería (coste variable).
Una empresa puede tener en plantilla sus propios técnicos informáticos (coste fijo) o subcontratar este servicio a una empresa especializada (coste variable).
El elegir entre costes fijos o costes variables tiene sus ventajas e inconvenientes:
- Coste fijos: el coste no varía, por lo que si la empresa aumenta su actividad el coste es el mimo y la empresa se beneficia de economías de escala (el coste unitario por producto va disminuyendo).
Sin embargo, la empresa incurrirá en este coste aunque su actividad sea muy reducida, lo que puede convertirse en una carga considerable que le lleve a dar pérdidas.
- Costes variables: su ventaja es que varían con el nivel de actividad, por lo que si la actividad es reducida el coste es, asimismo, reducido, lo que evita que la empresa entre en pérdidas.
Sin embargo, si la actividad aumenta el coste también aumenta, con lo que la empresa no se beneficia de economías de escala.