Indicadores de Cambio
Los indicadores de cambio son aquellos instrumentos de medición del nivel de logro alcanzado en los procesos de transformación. Siguen la misma lógica de construcción que los indicadores en el EML y de la Gestión por Resultados (GpR). Es decir, como fundamental criterio de calidad, estos indicadores mínimamente deben ser Específicos, Medibles, Realizables, Realistas y Circunscritos en el Tiempo. Desde el Enfoque ToC, los indicadores son concebidos como medidores críticos de efectos/impactos alcanzados desde una perspectiva de transformación social que proporcionan evidencia de logro.
Por las características antes mencionadas de este enfoque, los indicadores de cambio requieren de la instalación y mantenimiento de observatorios permanentes especializados, los que posibilitarán la actualización de la data de sustento para la adecuada construcción de consistentes sistemas de monitoreo de entorno. De igual manera, estos indicadores de cambio deben ser diseñados desde la perspectiva de los actores involucrados proporcionando información en torno a los aspectos de sus vidas en los que se reflejarán los cambios, la temporalidad y alcance de dichos cambios, así como los destinatarios directos e indirectos.
En cuanto a la cantidad óptima de indicadores de cambio, se recomienda que, por lo menos, cada resultado tenga un indicador que verifique periódicamente su nivel de avance.
Un dato importante de mencionar en esta lección es que los orígenes de la ToC surgieron en el campo del seguimiento y la evaluación, razón por la cual se sigue privilegiando su aplicación en dichas etapas del ciclo de los proyectos y programas y, consecuentemente, son éstas las etapas donde dicha teoría muestra mayores niveles de desarrollo, aplicación y validación. La ToC fundamenta consistentemente el conocimiento y comprensión de los procesos de transformación de manera que se hace posible predecir, con un alto grado de confianza, cómo un conjunto de actividades podría funcionar en diferentes escenarios, o qué ajustes deben hacerse para optimizar el logro de los resultados.
El conocimiento generado a partir del seguimiento permanente de los indicadores de cambio permite que la construcción de los escenarios futuros esté sustentada en evidencia validada y demostrable. Por esta razón, siempre se recomienda que, como parte del sistema de seguimiento y evaluación implementado, se realicen periódicamente estudios específicos especializados y en profundidad atendiendo las principales temáticas observadas desde los mencionados indicadores.
Entre otros usos, estos estudios integrantes de los sistemas de monitoreo y evaluación de los programas y proyectos apuntan a realizar un adecuado análisis de riesgos, cuyo objetivo principal es determinar aquellos factores que potencialmente podrían poner en peligro la viabilidad de la intervención programada. El Análisis de Riesgos, en esencia, está basado en el seguimiento de los supuestos e indicadores del entorno, constituyéndose como el componente técnico más importante de la ToC. Su base está en el comportamiento de dichos indicadores a lo largo de la implementación y en la proyección de escenarios posibles. En tal sentido, se trata de un enfoque estructurado orientado al manejo óptimo de la incertidumbre relativa ante la presencia de amenazas del entorno. Las estrategias que forman parte de la lógica de intervención siempre incluyen actividades destinadas a transferir, evadir o desviar el riesgo, reducir o mitigar los efectos negativos del mismo y asumir algunas o todas las consecuencias de algún riesgo en particular.