Inspección visual
Situamos contexto:
Hemos acomodado al/a la cliente/a en el sillón de pedicura, le pedimos que se descalce e introduzca los pies en la cubeta de agua jabonosa que previamente hemos preparado. Es importante una recopilación de datos del/de la cliente/a, si es necesario le haremos una ficha de cliente/a, ya que no recordaremos mucha información sobre él/ella cuando nuestro negocio crezca: enfermedades que padezca o haya padecido, intervenciones quirúrgicas, medicación si la toma, asiduidad en realizarse la pedicura, etc; todo lo que creamos importante lo iremos anotando en una conversación cálida y fluida mientras los pies se van remojando y ablandando.
Este tiempo nos servirá para una inspección visual inicial: si existen heridas o úlceras, si existen callos o durezas, uñas onduladas o enterradas, etc., e iremos anotando para hacer una valoración de lo que vemos, para luego tomar decisiones y ejecutar el trabajo a desempeñar.
Si apreciamos cualquier tipo de anomalía que no entra dentro de nuestro desempeño como pedicurista, lo informaremos y actuaremos en consecuencia.
Como ejemplo, esta foto nos muestra úlceras por mala circulación o diabetes, durezas amarillentas y piel color morada, por tanto no entra dentro de nuestro desempeño tratar éste tipo de pies, se recomendará acudir a su médico o a una consulta de podología (médico especialista en enfermedades de los pies).
El pedicurista siempre realizará su trabajo en pies sanos.