Pies sanos. Manos a la obra
Hemos valorado que podemos tratar unos pies que están sanos y sin graves problemas de salud, por tanto manos a la obra.
Debemos seguir un protocolo de actuación para llevar un orden en nuestro trabajo:
- Cinco minutos inmersos los pies en agua es suficiente para comenzar.
- Comenzaremos cortando las uñas (siempre cuadradas por los picos), excepto si hay algún pico clavado, ya que cortaremos ese pico redondeado. Limaremos después del corte e introduciremos un hilo de algodón si es necesario entre la uña y el canal de crecimiento para que cuando vaya creciendo la uña tome un buen camino y no vuelva a clavarse.
- Cada vez que terminemos este proceso de nuestra pedicura los pies volverán al agua.
- Aplicaremos vaselina en todas las cutículas para conservar la humedad para que mientras trabajamos un dedo los demás sigan húmedos y así no se endurezca la cutícula.
- Con el palito de naranjo empujaremos las cutículas hacia el nacimiento de la uña para eliminar el exceso y conseguir una uña limpia.
- Cortaremos la cutícula sólo lo necesario, es decir, el exceso de ella y las durezas que se forman en los laterales de la uña.
- Con el cepicallo cortaremos callos de los dedos y durezas de la planta y de los talones, nunca cortar en exceso ya que puede causar dolor, es mejor que nos quedemos cortos antes que dejar la piel demasiado fina y no poder caminar, debemos ser prudentes.
- Pasar la piedra pómez por donde hemos usado el cepicallo para dejar fina la piel, sin escalones.
- Terminado el proceso de pedicura procedemos al masaje, nutrición de la piel y al decorado de las uñas.