La modificación de conducta
A menudo, en la convivencia con nuestras mascotas, nos encontramos con situaciones que nos hacen la vida un poco menos agradable y que en ocasiones, nos desesperan. Para optimizar la relación con nuestro animal de companía existen técnicas que aplicadas correctamente dan muy buenos resultados.
Hablaremos pues de la modificación de conducta, que consiste en cambiar una conducta no deseada por una deseada. Para poner en práctica una modificación de conducta habrá que identificar el problema, sea tanto ansiedad, miedo, estrés, agresividad...
En el caso de los perros agresivos habrá que saber cuál es el umbral del perro antes de poner en práctica cualquier ejercicio, y como umbral entendemos la distancia crítica o distancia de seguridad que debemos mantener con el animal.
Modificar una conducta puede llevar meses, y para ello habrá que:
- Tener un buen contacto visual, que se premiará en todo momento.
- Proveer ejercicio físico antes de ejecutar cualquier actividad de modificación de conducta. Es importante que el perro haya liberado energía, ya que aumentarán sus niveles de concentración y sumisión.
- Desensibilizar los estímulos que generan el problema de una manera progresiva y gradual, es decir, exponer al perro de una manera controlada a los estímulos que producen reacción en el animal (por ejemplo si un perro es agresivo hacia otros perros, se irán acortando las distancias entre perros progresivamente, comenzando por distraer al perro agresivo ante la llegada de otro perro).
- Premiar los logros (con comida, juguete, caricias...).
- Trabajar los estados de calma, estos se practicarán en los intervalos antes de ejecutar cada uno de los ejercicios, el perro ha de estar totalmente relajado, y entonces se premiará este estado.
- Ignorar los comportamientos no deseados.
- Tener paciencia.
- No castigar.