Olfato y oído
Aunque pensemos que nuestras mascotas perciben el mundo de la misma manera que nosotros por la comprensión y el entendimiento que manifiestan, no es así. Sus capacidades distan mucho de las del ser humano, y por tanto su manera de descifrar lo que nos rodea es diferente.
El olfato
Es el sentido más desarrollado en los perros, mientras que el tamaño de su cerebro es 10 veces inferior al nuestro, la parte que controla el olfato es 40 veces mayor. Éstos poseen unos 300.000.000 de glándulas olfativas, frente a las 5.000.000 del ser humano, por lo que se podría decir que el olfato es el superpoder de los perros.
Ellos exploran con el hocico, por lo que los perros saludables procuran mantenerlo húmedo, ya que aumenta el número de moléculas olorosas que pueden absorber del aire. El olfato les permite identificar cosas que pasaron hace mucho tiempo, y al entrar en algún sitio nuevo son capaces de oler no sólo la taza de café que cayó al suelo y fue recogida, sino acontecimientos que ocurrieron hace días, semanas e incluso meses.
Esto se debe al órgano de Jacobson, situado detrás de la mucosa olfativa y que se comunica con la cavidad bucal, que les permite extraer olores del aire, de sustancias ingeridas o lamidas a la vez que detectar feromonas.
Este gran superpoder ha hecho de los perros el mejor aliado del hombre a lo largo de los años, el cual se ha valido de su olfato para cazar, proteger sus hogares, detectar enfermedades e incluso salvar vidas.
El oído
Comienza a funcionar entre los 10-15 primeros días de vida, y es el segundo sentido más desarrollado. Este sentido es superior al del ser humano, ya que oyen sonidos que se encuentran 4 veces más lejos y que son el doble de agudos. Esto explica que no seamos capaces de oír el silbato para perros, mientras que ellos son capaces de apreciar el zumbido de una bombilla.
Esto se debe a que el oído de los perros captan entre unas 70.000-100.000 vibraciones sonoras frente a las 16.000-20.000 del ser humano, que sus pabellones auriculares son mas grandes y que debido a que poseen 17 músculos diferentes en la oreja, les permite detectar la orientación del sonido a través de la movilidad de estas.