Usando técnicas
Es mejor no mirar el papel mientras dibuja. Intente concentrarse solamente en el intrincado patrón de líneas que se entrecruzan.
Hay que intentar que los ojos se deslicen sobre las líneas a la vez que el lápiz lo hace sobre el papel, cambiando de dirección al mismo tiempo.
No hay que volver la cabeza para mirar qué estamos dibujando. El ejercicio se realiza en unos cinco minutos.
El resultado, por supuesto , no se parece en nada a una mano.
Este ejercicio , que debería repetir tanto como le sea posible, puede realizarse con muchos otros motivos: un papel arrugado, una hoja, un mechón de cabellos, o unos lazos desordenados.