Planchar la seda
El último paso es planchar la seda.
Es conveniente planchar por el revés.
El calor de la plancha sirve para fijar los colores, de modo que aunque lavemos la tela, los colores no desaparezcan. La pintura queda lista.
Si lo deseas puedes enmarcar la seda pintada. Los cristales la protegerán, y el efecto es el de una pintura brillante, de colores alegres, y muy decorativa.