Actuar con los sentimientos
Retomando la idea del capítulo seis acerca de la interrelación de las tres áreas de la persona (la cognitiva, la afectiva y la comportamental), me dispongo a analizar la influencia que tiene el comportamiento en la vivencia del sentimiento personal.
La influencia de la actuación en el control de sentimientos es doble:
Por un lado, ayuda a aminorar la energía cuando el sentimiento se presenta en intensidad, en forma de emoción repentina. En este caso hablamos de las técnicas de relajación:
- Verbalizar determinados mensajes.
- Respirar profundamente.
- Contar hasta diez para frenar el impulso inicial.
- Retirarse del lugar donde se está produciendo la emoción, etc.
Por otro lado, supone el "cierre" del ciclo de la gestión, que, aunque no haga desaparecer el sentimiento, sí ayuda a tomar conciencia de que se ha gestionado de forma adecuada, de tal forma que se pueda seguir viviendo a medio y largo plazo con ese sentimiento atenuado. Por ejemplo, cuando se ha podido desahogar la alegría con alguien cercano, llorar la pérdida de un ser querido, pedir perdón cuando nos hemos equivocado con una reacción o pedir ayuda para afrontar una situación que nos da miedo.