Conclusión
A lo largo de este curso he hablado de los factores de riesgo de desarrollo de conductas y actitudes adictivas y de los factores de protección que pueden prevenir las mismas.
Como se ha visto, he puesto el foco de atención en los adolescentes y en cómo los adultos podemos educarlos para protegerlos. Los adolescentes son individuos en pleno proceso de maduración física, psíquica y social. Estar en este específico momento evolutivo les hace especialmente vulnerables al riesgo de desarrollo de adicciones.
Pero también les hace especialmente protegidos, ya que todavía están a tiempo de modificar unas pautas de comportamiento, a priori perjudiciales, por otras más saludables.
Si desde nuestro mundo de adultos les transmitimos la importancia y la posibilidad del autocontrol, les ayudaremos a crecer con bases sólidas. Si, por el contrario, nosotros manifestamos ausencia de límites o descontrol, estaremos siendo peligrosos para ellos porque su referencia será la que encuentren en nosotros.
Por ello, planteo también este curso como un reto a los educadores de adolescentes. Un reto para el cambio personal.