Educar en el arte de pedir lo que se necesita
Aprender a pedir lo que se necesita es toda una virtud. Pedir desde la asertividad (no desde el victimismo ni desde el autoritarismo) ennoblece al ser humano porque le hace alejarse de la autosuficiencia soberbia y de la autoexigencia demoledora.
En el Programa Terapéutico Proyecto Hombre, se manejaba (como parte de su "filosofía no escrita") lo que se llamaban "las tres reglas de vida", que aludían a la necesidad de todo ser humano de afecto y reconocimiento
Eran estas:
1. "Yo solo no puedo".
2. "Necesito de los demás".
3. "Pido lo que necesito".
Enseñar a pedir a nuestros jóvenes en esta clave, con responsabilidad, les ayuda a conectarse con "el yo real" (no el de la imagen proyectada) y a empatizar con los demás, porque reconocerán cuándo alguien también necesita algo de ellos.