El Tai chi chuan y sus efectos terapéuticos
El Tai Chi Chuan y sus efectos terapéuticos
Este arte inigualable cumple una función terapéutica muy eficaz para prevenir las enfermedades, conservando y vigorizando la salud, y puede ayudar a numerosos terapeutas a descubrir una mayor comprensión de la unidad del cuerpo y el espíritu.
Su práctica garantiza progresivamente un equilibrio psicosomático, logrando una mayor armonía con uno mismo y con nuestro entorno, permitiendo remediar los desequilibrios de las condiciones en que nosotros vivimos, producto del andar agitado y brusco, tanto a nivel exterior como interior.
El Tai Chi Chuan es el arte de la acción.
Su práctica desarrolla una energía que progresivamente se refina y aumenta la capacidad de estar activo con atención, flexibilidad y calma, (firme pero no tenso).
Es notable la regulación de la energía. Esta armonización aumenta con la práctica y cada uno desarrolla en sí mismo el arte de la acción que se manifiesta no solamente en el ejercicio específico sino también en la vida cotidiana.
La influencia del Tai Chi sobre el sistema nervioso es tan tangible como obvia.
La tonificación equilibrada del sistema nervioso central por la realización unificada de los movimientos, ejerce un efecto sumamente benéfico sobre el conjunto del cuerpo.
Esta relación entre el sistema nervioso y la motricidad favorece la capacidad de la atención, la calma y la movilidad.
Los movimientos circulares realizados sin rupturas activan y fortalecen la circulación de la sangre, regulan la tensión arterial y favorecen la regeneración de células.
La respiración abdominal tiene un gran valor en el campo terapéutico.
En la práctica el abdomen está flexible y el pecho relajado, convirtiendo la respiración en profunda, lenta, uniforme y suave, aportando un mayor equilibrio en el funcionamiento del sistema respiratorio.
El Tai Chi Chuan favorece la digestión.
Sus movimientos activan el funcionamiento intestinal y la respiración abdominal relaja el estómago.
Particularmente necesaria para las personas de edad avanzada.
El Tai Chi Chuan y la psicomotricidad.
Durante la práctica debe de existir una estrecha relación entre la flexibilidad y la estabilidad, la respiración, la continuidad y la fluidez del movimiento.
La perfecta armonía entre todos estos factores hacen resaltar los beneficios del Tai Chi sobre la tonicidad y la motricidad.
Todos los movimientos son realizados de forma unificada, sin rupturas.
Los movimientos parten de la cintura en donde está situado el centro de gravedad del cuerpo (la cintura: es el amo y el cuerpo: el criado).
La forma circular de los movimientos, la experiencia de la energía y su dirección, interior y exterior, constituyen la base de este principio de globalidad y unidad.
El ejercicio del Tai Chi ayuda progresivamente a sentir la unión entre relajación y estabilidad en el movimiento.
En la práctica se aprende a guardar la energía que no es débil ni rígida. Así el abatimiento, la crispación y la discontinuidad del gesto ceden poco a poco a una armonía de gestos y posturas.
Este aspecto está relacionado en una regulación de la respiración que se hace más profunda, lenta y regular.
Contribuye así mismo a un mejor empleo y a un control más consciente de la energía.
Descubrir con la atención la relación entre la dirección del movimiento, la flexibilidad y la respiración abdominal es el medio para alcanzar este equilibrio tónico.
En el tratamiento de las personas disminuidas en el plano motor, el aporte del Tai Chi puede ser muy beneficioso.
Dos aspectos importantes aparecen relacionados con este tema: la globalidad del movimiento y las posturas ayudan a la persona a sentir una parte del cuerpo en relación con su cuerpo entero, por otra parte la práctica despierta una sensibilidad que contribuye a integrar la parte corporal disminuida.
En el caso de lesiones perdurables y difíciles de sanar, los ejercicios del Tai Chi pueden desarrollar una percepción más unificada del cuerpo y a la vez contribuir a una mejoría.