Sobre Medios de apoyo visual
b) Transparencias
Entre sus ventajas se pueden señalar:
Se pueden utilizar con audiencias más numerosas (70-100 personas).
A diferencia de la pizarra permite tener el material ya preparado.
Al servir de apoyo al orador, le ayuda a eliminar una de sus principales preocupaciones (la posibilidad de quedarse con la mente en blanco).
En la preparación de transparencias debe primar la sencillez, hay que ir "al grano".
Tan sólo se recogerán las ideas principales (máximo 3 / 4 líneas por transparencias), que el orador se encargará de desarrollar.
La transparencia no es un resumen del discurso. Hay que evitar las transparencias abigarradas que no comunican nada y que resultan difíciles de seguir.
Letra clara y grande, que su lectura sea fácil.
Utilizar colores para destacar las ideas principales.
No se puede dejar de comentar ninguna idea que aparezca en la transparencia, ya que si no automáticamente la atención del público se dirigiría a ella (si hay un punto que no es importante es mejor eliminarlo de la transparencia).
Si se proyecta un gráfico hay que explicarle a la audiencia que significa, cómo se interpreta (a veces son difíciles de seguir).
En los gráficos hay que jugar con las escalas para resaltar el mensaje que se quiere transmitir.
Antes de comenzar la sesión hay que conocer cómo funciona el proyector, comprobar que está bien enfocado y que las transparencias se pueden ver desde toda la sala.
El proyector se colocará de manera que no dificulte la visión a nadie del público.
Sólo se encenderá en el momento en el que se vayan a proyectar transparencias y se apagará cada vez que se produzca una pausa (un proyector encendido produce un ruido molesto y su luz resulta incómoda).
Las transparencias estarán perfectamente ordenadas para que el orador pueda localizar fácilmente aquella que necesite.
A medida que se vayan proyectando se irán apilando con cuidado por si más tarde se quisiera volver a proyectar alguna de ellas.
Cada vez que se proyecta una nueva transparencia se darán unos segundos al público para que le pueda dar una primera lectura, antes de comenzar a comentarla.
Mientras se proyectan las transparencias, el orador se situará al lado de la pantalla, señalando y comentando los puntos que en ellas se recogen.
El orador no debe limitarse a leer la transparencia.
No hay que olvidar que la transparencia es tan sólo un material de apoyo. Se utilizará exclusivamente cuando sea conveniente, sin abusar de su número.
c) Proyección de la pantalla del ordenador
Ofrece un enorme potencial de comunicación.
Transmite una imagen muy profesional.
Se puede utilizar con un número indeterminado de personas, ya que la imagen se puede proyectar en diferentes monitores o pantallas repartidos por la sala.
La capacidad de jugar con las formas, los fondos, los colores, la animación, etc., es formidable.
Debe primar la sencillez: proyectar imágenes fáciles de entender (evitar imágenes recargadas).
El orador debe conocer perfectamente su uso, con vistas a que durante la intervención no encuentre dificultades y pueda concentrarse en el discurso.
La explicación debe desarrollarse a una velocidad que permita al público su fácil seguimiento.
Con este sistema se corre el riesgo de ir proyectando pantalla tras pantalla, sin que al público le de tiempo a situarse.
También se corre el riesgo de preparar una intervención muy profesional, pero al mismo tiempo muy fría y distante.