La envidia
ENVIDIA
Del latín invidia (desagrado, tristeza que produce la felicidad ajena). La envidia es uno de los sentimientos más destructivos del ser humano. Es ese feo sentimiento doloroso que surge en las personas al ver la felicidad o progreso del otro, o sentir esa fea sensación cuando otras personas, sea familia, amigo o desconocido, logra, consigue o posee lo que ellos quisieran para sí mismos.
Este sentimiento, la envidia, se compone por varios elementos que consumen al individuo que la sufre:
-Tristeza por el bien del otro
-Angustia por la felicidad ajena
-Odio por los bienes que los demás poseen, virtudes o éxitos, y que él no logra tener, le falta, pero que desea
-La alegría del mal del otro
-Deseo de que le vaya mal al prójimo.
El envidioso compite con el otro por quién tiene más, o sabe más, o gana más. Siempre compara lo que tiene con las posesiones del envidiado, y aunque el envidioso tuviese más que el envidiado, siempre encontrará más que envidiar. Otra de las características del envidioso es la crítica, difamación, desdén y burla, típico de individuos insatisfechos que no gozan de las cosas que han logrado o alcanzado.
Muchas veces se confunde con competitividad, que a veces la persona es consciente de este sentimiento e intenta ocultar, pero otras veces no tiene conciencia de que exista en él la envidia. Por eso la competitividad, a pesar de haber comparaciones, no siente odio por el progreso, éxito, felicidad ni bienes ajenos, no existe dolor ni sufrimiento, pero sí deseos de superación y de emulación.
¿Qué genera la envidia?
Los celos, inseguridad, falta de autoconfianza, falta de seguridad en sí mismo, incertidumbre, timidez, ansiedad, sentimiento de abandono, orgullo, desdén, egocentrismo, vanidad. Cada individuo lo expresa a su manera.
¿Cómo es la escritura de un envidioso?
Es angulosa, apretada, estrecha, contenida e inhibida. Suspendida en el renglón, tiende a ser descendente, regresiva (a excepción de los zurdos), desordenada, filiforme, con trazos anillados o enroscados que sugieren angustia, los óvalos y los pies son estrechos, los trazos finales son en diagonal, mayúsculas desligadas y sobrealzadas, escritura sucia e ilegible. Los trazos finales de las S se caen del renglón, o muchas veces, al iniciar una palabra también se pueden ver este tipo de trazos caídos, que alude a la mentira, o envidia, o ambos, ya que muchas veces el envidioso recurre a la mentira como recurso.