BARUCH SPINOZA (1632-1677)
Igual que Descartes nos recordaba bastante a Platón (y a veces a Aristótels), Spinoza lleva al máximo esta cuestión del ‘racionalismo’, hasta el punto de no reconocer la existencia de nada más que la RAZÓN.
De esta forma, aunque, como veremos, su pensamiento está inspirado en el de Descartes, y con él en Platón, de hecho se ve influido sobremanera, además, por el ‘ser’ de Parménides.
La sustancia
Para Spinoza, el fin de la filosofía estriba en lo mismo que para algunos filósofos griegos presocráticos, especialmente los ‘eléatas’: en el conocimiento de la unidad de la mente con toda la naturaleza.
Vemos, pues, que para este pensador, igual que para Parménides o Jenófanes, “lo mismo es el pensar que el ser“. De ahí el concepto de CONOCIMIENTO REFLEJO, o idea de la idea, que significa:
- Conocerse a sí mismo y a la naturaleza
- Darse cuenta de las diferencias, concordancias y oposiciones que hay entre las cosas.
No se trata, pues, de un racionalismo tan radical como el de Parménides. Spinoza se halla más cerca de Empédocles, Anaxágoras o los atomistas, teniendo en cuenta el segundo de estos puntos.
Sea como sea, para llegar a ese conocimiento existe, según él, un MÉTODO adecuado (el de Galileo-Descartes, por supuesto), que será aquel que enseña cómo la mente debe dirigirse para encontrar la ‘norma’ de la idea dada por el SER PERFECTÍSIMO (Dios).
Aquí vuelve a intervenir Aristóteles (del cual no es tan fácil deshacerse, por lo visto) y su concepto del ‘primer motor’, equivalente a la ‘razón divina‘ de los antiguos:
DIOS = Sustancia única que existe en sí y es concebida por sí
Esto significa que Dios tiene dos características principales:
- Es causa de sí mismo (‘prueba ontológica’: Dios no puede ser concebido más que como existente).
- Es infinito (no hay ninguna sustancia que lo limite).
Por supuesto, estas son las características, tanto del ‘ser’ de Parménides como del ‘primer motor’ de Aristóteles.
De la característica de infinitud, por otra parte, se derivan dos conclusiones:
- Consta de infinitos ATRIBUTOS (lo que el entendimiento percibe de él como constitutivo de su esencia).
- Por esta infinidad de ‘atributos’ proceden de Dios infinitas cosas de infinitos MODOS (Dios es la causa eficiente de todo lo que es).
Resulta, pues, que Spinoza, en vez de distinguir entre el Creador y la Creación, los engloba a ambos en una misma realidad, resultando ser únicamente dos aspectos distintos de la misma ‘sustancia’ (o de Dios).
NATURA NATURANS (o ‘naturaleza creadora’) = La ‘sustancia’ misma (Dios en su esencia infinita)
NATURA NATURATA (o ‘naturaleza creada’) = Los ‘modos‘ (manifestaciones particulares de la esencia divina)
Conclusiones a modo de resumen:
- Nada puede existir fuera de Dios (todo existe como modo de Dios)
- Todo deriva de Dios en virtud de las leyes de la naturaleza (la libertad de la acción divina consiste en su necesidad).
Esto excluye totalmente al ‘milagro’ del esquema spinozista. Las leyes naturales a que Dios se ve sometido siguen un preciso ORDEN GEOMÉTRICO, basado en las Matemáticas, como los principios de la Física de Galileo y Descartes.
Al contrario que Descartes, quien, como hemos visto, contemplaba 3 tipos de substancia (v.gr., Dios, almas y cuerpos), Spinoza se conforma con una sola: Dios, y el resto de los seres quedan explicados, según él, como atributos y modos divinos.
En definitiva, las características de la sustancia serán las siguientes para Spinoza:
- Es la conciencia e identidad de la naturaleza y de Dios (Imposibilidad del ‘milagro’: Dios no podría contravenir sus propias normas)
- Es el orden necesario del todo (que no coincide con el reconocido y valorado por la razón humana).
Evidentemente, el hombre nunca podría llegar a comprender por completo ese orden geométrico’ divino, ya que siendo finito, le es imposible captar los infinitos atributos de Dios.
Sólo es capaz de reconocer dos de esos atributos: el pensamiento‘ y la ‘extensión‘.