El Racionalismo
RENÉ DESCARTES (1596-1650)
Como hemos visto, el avance de las ciencias de la naturaleza durante el Renacimiento se debió, más que nada, al triunfo de la ‘razón’, lo que a nivel filosófico se tradujo en la paulatina sustitución del aristotelismo imperante al final de la Edad Media por una vuelta al platonismo.
Esto que estamos diciendo lo hemos podido comprobar a través del pensamiento de Galileo Galilei, quien, como hemos visto, daba más importancia a la ‘abstracción matemática’ (la RAZÓN) que a la pura experiencia sensible.
Esa relevancia de la razón en el campo de las ciencias empíricas tuvo (cómo no) su equivalente filosófico: el racionalismo, y su principal representante fue precisamente el autor que ahora nos ocupa.
La unidad de la razón
Según Descartes, lo afirmado por Galileo respecto a las ciencias empíricas es aplicable sin más al resto de los temas, especialmente a aquellos relacionados con el ser humano.
Para él, el ‘problema del HOMBRE’ equivale al ‘problema de la RECTA RAZÓN’ (o ‘bona mens’, dicho en latín). La BONA MENS viene a ser, pues, tanto la prudencia por la cual el hombre se orienta en la vida como la razón por la cual distingue lo verdadero de lo falso.
Es ésta una posición filosófica claramente platónica, como hemos apuntado, o más bien ‘socrática’ (ciencia = virtud), en la cual se distinguen dos aspectos de uno y el mismo concepto:
- Sustancia única y universal
- Facultad específicamente humana, a la cual Dios ofrece solamente alguna garantía, subordinada a leyes precisas.
Esas ‘leyes precisas’ a que Dios se ve sujeto (v.gr., las ‘leyes cíclicas’ de los antiguos) pueden ser descubiertas, según Descartes, mediante un procedimiento unificado: el MÉTODO CIENTÍFICO.