El juicio
QUE ES EL JUICIO.
El juicio es la principal de las formas lógicas, es la unidad de conocimiento. Dada la naturaleza de la mente humana, el hombre aprehende primero relaciones entre objetos mismos.
Tan pronto como percibimos un objeto, elaboramos un juicio de la forma “x existe”, que no permite la posterior elaboración del concepto de x.
El juicio lógico no es una mera asociación de ideas, sino que se trata de varias ideas que adquieren una unidad especial por medio de la cópula o de la función copulativa de un verbo.
Todo juicio tiene tres elementos:
a) Un concepto sujeto.
b) Un concepto predicado.
c) Una cópula.La forma lingüística de un juicio es la “proposición”
JUICIOS ANALÍTICOS Y JUICIOS SINTÉTICOS.
“Juicio analítico” es aquél en el cual el concepto predicado está incluido en el concepto sujeto y, por tanto, el predicado puede obtenerse por un análisis del sujeto.
La verdad del juicio analítico es independiente de la experiencia; por eso decimos que el juicio analítico es “a priori”. “Juicio sintético” es aquél en que no basta analizar el concepto sujeto para hallar el concepto predicado, pues el predicado no esta contenido en el sujeto.
El concepto predicado se añade, pues, como un nuevo elemento, presumiblemente no necesario, al concepto sujeto.
Los juicios sintéticos son, normalmente, “a posteriori” porque se dan después y son fruto de la experiencia. E. Kant sostiene la existencia de “juicios sintéticos a priori” como condición indispensable para la posibilidad de existencia de la ciencia.
Tales juicios serían nuevas relaciones elaboradas por la mente sin necesidad de la experiencia, en contra de la naturaleza misma del juicio sintético.
CLASIFICACIÓN DE LOS JUICIOS.
Siguiendo la clasificación kantiana de los juicios, encontramos que pueden dividirse por su cantidad, por su cualidad, por la relación de la cópula y por su modalidad.
Los juicios, según su cantidad, pueden ser:
a) Universales, si toman al sujeto en toda su extensión;
b) Singulares, si el sujeto es un concepto individual y, como tal, toma al sujeto individual en toda su extensión.
Por eso, podemos incluir los juicios individuales entre los universales. Los juicios, según su cualidad o calidad, pueden ser:
a) Afirmativos, si el sujeto está incluido en el predicado;
b) Negativos, si el sujeto no está incluido en el predicado;
c) Indefinidos, si la inclusión no es clara porque niega la posibilidad de que el sujeto esté incluido fuera del predicado.
Este juicio puede llevar a la formulación de un juicio afirmativo. Según la relación de la cópula, los juicios pueden ser:
a) Categóricos, si se refieren a la sustancia del concepto sujeto. No expresan limitaciones en la relación entre sujeto y predicado.
b) Hipotéticos, si se refieren a la relación de causa entre sujeto y predicado. Establecen una condición para que se de la relación.
c) Disyuntivos, si se refieren a la acción recíproca entre dos o más predicados.
Proponen una alternativa para que se dé la relación. Según su modalidad, los juicios pueden ser:
a) Problemáticos, si expresan una posibilidad.
b) Asertóricos, si expresan una realidad del hecho.
c) Apodícticos, si expresan una relación necesaria.
LAS PROPOSICIONES CATEGÓRICAS.
De entre los juicios anteriores, nos interesan especialmente los “juicios categóricos”, pues son los que servirán para construir las relaciones fundamentales de los razonamientos.
Como sabemos que el juicio en sí no es observable, por suceder dentro de la mente, deberemos limitarnos al estudio de sus expresiones lingüísticas, es decir, de sus proposiciones. Por eso es que hablamos de “proposiciones categóricas”.
Si observamos las variaciones posibles en la cantidad y en la cualidad de las proposiciones categóricas, encontraremos que existen cuatro tipos, a los que Copi llama “formas típicas” de las proposiciones categóricas.
Cada una de estas formas típicas está simbolizada por una letra vocal mayúscula, tomada de las palabras latinas “affirmo” y “nego”, de la siguiente manera:
a) Universal y afirmativa A
b) Universal y negativa E
c) Particular y afirmativa I
d) Particular y negativa O
Toda proposición categórica de forma típica empieza por un “cuantificador”, es decir, una partícula que expresa cantidad (todo, algún, ningún); un “término sujeto”, que expresa un concepto sujeto; luego la “cópula”, que en el caso de la particular negativa va precedida de un “negador”; y un “término predicado”, que expresa un concepto predicado.