Falacias no formales

QUE SON FALACIAS NO FORMALES.

Hasta ahora hemos planteado problemas lógicos que tienen que ver directamente con la forma del razonamiento, en el sentido de su corrección en sí mismo.

Pero también es posible cometer otra clase de errores al razonar que no corresponden al mal uso de los recursos formales, sino que son más dependientes del lenguaje corriente.

Estas son las falacias formales. Tomaremos la clasificación de Copi, que las divide en “falacias de Atingencia o de Atinencia” y en “falacias de Ambigüedad”.  

FALACIAS DE ATINENCIA O ATIGENCIA.

La palabra “atinencia” significa conexión o relación de una cosa con otra. Las “falacias de atinencia” son aquellas en que de algún modo falta la relación lógica entre los elementos del razonamiento.

Según Copi, el rasgo común de todos los razonamientos que cometen falacias de atingencia es que sus premisas carecen de atingencia lógica con respecto a la verdad o falsedad de las conclusiones que pretende establecer.

La inatingencia es aquí lógica y no psicolológica, pues sin relación psicológica entre los elementos del razonamiento sería imposible convencer por medio de la falacia y tampoco podría aparentarse corrección lógica.

Es posible llegar a esta confusión porque el lenguaje no es sólo para informar, sino también para dar órdenes o para expresarse.  

ARGUMENTUM AD BACULUM.

El “argumentum ad baculum”, conocido también como “apelación a la fuerza”, se comete cuando se apela a la fuerza o a la amenaza de fuerza para provocar la aceptación de una conclusión.

Usualmente sólo se recurre a ella cuando fracasan las pruebas o argumentos racionales.

El “ad báculum” se puede resumir en el dicho: “La fuerza hace el derecho”. El uso y la amenaza de los métodos  de “mano fuerte” para doblegar a los opositores políticos suministra ejemplos contemporáneos de esta falacia.  

ARGUMETUM AD HOMINEM (OFENSIVO).

El “argumentum ad hóminem” es el argumento contra el hombre. El tipo ofensivo se da cuando en vez de rebatir la verdad de lo que se afirma se ataca al hombre que hace la afirmación.

La razón de la falacia está en que el carácter personal de un hombre carece de importancia lógica para determinar la verdad o falsedad de lo que dice o la corrección o incorrección de su razonamiento.  

ARGUMENTUM AD HOMINEM (CIRUNSTANCIAL).

El tipo circunstancial del “argumentum ad hominem” corresponde a la relación entre las creencias de una persona y las circunstancias que la rodean.

Consiste en ignorar la cuestión relativa a la verdad o falsedad de sus propias afirmaciones y tratar de probar, en cambio, que su antagonista debe aceptarlas debido a especiales circunstancias en las que éste pueda hallarse.

También se lo usa como base para rechazar la conclusión defendida por un adversario, por ejemplo cuando se arguye que las conclusiones a las que llega el oponente están dictadas por las circunstancias especiales que los rodean, en lugar de basarse en la razón o en pruebas.

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