Vitalismo; Henri Bersong
El ‘vitalismo’ se define como aquella filosofía que admite un PRINCIPIO VI-TAL, una ‘fuerza vital’ irreductible a los procesos físico-químicos. Según el ‘Diccionario de Filosofía’ de Ferrater Mora, este concepto incluye las siguientes escuelas filosóficas:
1. Teoría del conocimiento que concibe a éste como un proceso biológico (‘empiriocriticismo’: MACH, AVENARIUS ; ‘pragmatismo’)
2. Filosofía que rechaza la razón como modo superior de conocimiento y afirma la posibilidad de un conocimiento directo de la realidad última, la cual es ‘vi-vida’ inmediatamente (BERGSON)
3. Filosofía que no acepta más modo de conocimiento que el racional, pero que sitúa el tema de la ‘vida’ en el centro del problema filosófico (ORTEGA Y GASSET).
HENRI BERGSON (1859-1941)
Este autor se interesó sobre todo por el problema del TIEMPO, que, como sabemos, subsistía desde la época griega: ni Platón ni Aristóteles habían sido capaces de dar una definición exacta del mismo ; lo que es más: habían renunciado expresamente a in-tentarlo, pues lo consideraban imposible, como hemos podido ver.
Bergson estaba de acuerdo con ellos, pues creía que el tiempo real escapa a las ciencias matemáticas ; proponía concentrarse, en consecuencia, en un concepto más asequible: la DURACIÓN REAL, que no es otra cosa que el ‘dato’ de la conciencia, despojado de toda superestructura intelectual y aceptado en su simplicidad originaria, y que podríamos definir como progreso continuo del pasado, que roe el futuro y se acrecienta avanzando.
El mencionado ‘dato de la conciencia’ permanece en ella, según Bergson, con ayuda de la MEMORIA ; precisamente la existencia de esta última constituye para él la prueba irrefutable de que la vida espiritual trasciende por todos lados los limites del cuerpo.
Esta opinión es completamente corroborable, en opinión de este autor, has-ta el punto de que se puede explicar todo el comportamiento humano en base al dualismo ACCIÓN — MEMORIA; hay, por tanto, en la vida del hombre un IMPULSO VITAL, con cuyo descubrimiento la vida biológica queda, según Bergson, reducida a la vida de la conciencia, a la ‘duración real’, y concluye que mientras la inteligencia es incapaz de comprender la naturaleza de la vida, ésta permite explicar la naturaleza y el origen de la inteligencia y de sus objetos. Bergson propone, en consecuencia, abandonar la ‘razón’ por la INTUICIÓN, lo que equivale a un retorno de la naturaleza al instinto.