Isaac Newton
Se podría decir que Newton recogió y sistematizó las ideas sobre Física de Galileo y Descartes, pero con una salvedad: él no le daba tanta importancia como aquellos a la abstracción matemática.
Su ‘filosofía experimental’ se reduce básicamente a dos reglas:
1. El argumento por inducción no debe ser evadido por hipótesis (“Hipotheses no fingo“)
2. Las proposiciones deben ser inferidas de los fenómenos y generalizadas mediante inducción.
Es decir, que para Newton el MÉTODO CIENTÍFICO se reduce a investigar, a partir de los fenómenos del movimiento, las fuerzas de la naturaleza, y pasar a demostrar los demás fenómenos a base de estas fuerzas.
Esta operación lleva consigo dos pasos:
ANÁLISIS = Hacer experimentos y observaciones y derivar conclusiones generales de las mismas mediante inducción
SÍNTESIS = Asumir las cosas descubiertas y los principios establecidos y explicar mediante los mismos los fenómenos que proceden de ellos, y demostrar las explicaciones.
Dentro de esta idea que decíamos más arriba de mezclar la ciencia con la ‘religión natural’ -algo muy propio de la Ilustración, por otra parte- está el concepto newtoniano de ESPACIO y TIEMPO como órganos sensoriales de la divinidad.
Newton, en efecto, distingue entre el espacio y el tiempo tal como Dios los percibe y estas magnitudes percibidas por nosotros: el ‘espacio absoluto’ no tendrá relación con nada externo y permanecerá siempre similar e inmóvil, mientras que el ‘espacio relativo’ no será mas que una dimensión movible o ‘medida’ de los espacios absolutos ; lo mismo ocurre con el tiempo, distinguiéndose entre ‘tiempo absoluto’ y ‘tiempo relativo’.
Las LEYES DEL MOVIMIENTO de Newton, inspiradas directamente en los ‘principios fundamentales de la Física’ de Galileo, son las tres siguientes:
1. Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o de movimiento uniforme y en línea recta, salvo en cuanto mude su estado obligado por fuerzas exteriores.
2. El campor del movimiento es proporcional a la fuerza motriz imprimida, y se efectúa según la línea recta en dirección de la cual se imprime dicha fuerza.
3. A toda acción se opone siempre una reacción igual y contraria, es decir, las acciones entre dos cuerpos son siempre iguales y dirigidas en sentido contrario.