Voltare 1
Una gran parte de los hombres, al ver el mal físico y el mal moral extendidos por este globo, imaginó dos seres poderosos, de los cuales uno producía todo el bien y el otro todo el mal. Si existiesen serían necesarios, serían eternos, independientes, ocuparían todo el espacio ; existirían, por tanto, en el mismo lugar ; se penetrarían, por tanto, el uno en el otro ; esto es un absurdo.
La idea de estas dos potencias enemigas sólo puede tener su origen los ejemplos que nos llaman la atención en la tierra ; veremos en ella hombres dulces y hombres feroces, animales útiles y animales dañosos, amos buenos y amos tiranos.
Se imaginó, en consecuencia, dos poderes contrarios presidiendo la naturaleza ; ello no es más que un cuento asiático. Existe en toda la naturaleza una unidad de propósito manifiesta: las leyes del movimiento y de la gravedad son invariables ; es imposible que dos artífices supremos, totalmente contrarios el uno del otro, hayan seguido las mismas leyes. Sólo esto, en mi opinión, derriba el sistema maniqueo, y no son necesarios gruesos volúmenes para demostrarlo.
Hay, por tanto, una potencia única, eterna, a la que todo está ligado, de la que todo depende, pero cuya naturaleza me es inaccesible. Se me dice que Dios es simple ; confieso humildemente que no comprendo tampoco el valor de esta palabra … La extrema debilidad de mi inteligencia no dispone de instrumento lo bastante fino para captar esa simplicidad …
Ya convencido de que, al no conocer lo que soy, no puedo saber lo que es mi autor. Mi ignorancia me abruma a cada momento y me consuelo pensando continuamente que no importa que yo sepa si mi amo está o no en el espacio, con tal de que yo no haga nada contrario a la conciencia que me ha dado. De todos los sistemas que los hombres han levantado sobre la divinidad, ¿cuál será el que abrazaré? Ninguno, Sólo el de adorarla.
* El bien y el mal no son preceptos divinos, sino atributos de lo que es útil o dañino a la sociedad.