Diferencias entre el ojo humano y la cámara
¿Cuantas veces les ha pasado que cuando miran una foto que sacaron ésta no se parece en nada a la escena que ustedes vieron en el momento de hacer la fotografía? Yo se que a mi me pasado demasiadas veces, especialmente cuando empecé a estudiar fotografía.
¿Por qué pasa esto? Porque el ojo humano tiene un increíble poder de adaptación a las diferentes situaciones de luz. Puede adaptarse a situaciones en donde hay mucha luz, y en donde hay poca luz y ver todos los detalles de la escena (o casi todos).
La cámara, por el contrario, no puede registrar mucho contraste (Les recuerdo que contraste es la diferencia entre lo más claro y oscuro de una foto o, las sombras y luces de una escena).
Entonces cuando hay mucho contraste el ojo humano puede ver todo en la escena pero la cámara no va a registrar todo lo que el ojo ve.
Esto quiere decir que hay partes en la foto que van a perder detalle. Dependiendo de como midamos y expongamos la foto, se va a perder detalle en las partes oscuras o en las partes claras de la imagen.
El ojo humano también puede incluso adaptarse a los diferentes colores de la luz. Por ejemplo, si sacamos una foto del interior de una casa iluminado con bombillas de luz, toda la foto va a salir amarilla a menos que usemos filtros o la función de balance de blancos (ver temperatura color). Sin embargo, cuando estamos sacando la foto, nuestro ojo ve los colores prácticamente como se verían si estuviesen iluminados con luz blanca.
Para que entiendan mejor este concepto: si en la escena hay una mesa blanca nuestro ojo la va a ver blanca, pero la cámara la ve y registra como amarilla porque esta iluminada por una luz amarilla.
Esto obviamente significa que lo que nosotros vemos no es exactamente lo que va a salir en la foto. De alguna manera ‘’tenemos que aprender a ver como la cámara ve’’. Esto es un concepto muy importante que puede cambiar completamente nuestra manera de fotografiar. Y es una de las cosas más difíciles de aprender.
Y es por esto que necesitamos entender y saber las diferencias para poder corregir, compensar o utilizar estas diferencias a nuestro favor.