Lenguaje sexista

Con el lenguaje nombramos y creamos el mundo. Nombramos las cosas y como las nombramos cobran una realidad. Este es un tema muy polémico dentro de las medidas que se llevan a cabo para conseguir la igualdad de la que venimos hablando.

Para saber más sobre el tema os recomendamos el curso de Aula Fácil: Lenguaje incluyente.

La polémica sobre el lenguaje sexista mueve muchas opiniones y sentires. La cuestión es que, si el lenguaje se ha creado desde una sociedad machista, es necesario modificarlo si queremos eliminar ese machismo. La realidad está en constante cambio y las demandas sociales instan a cambiar palabras que excluyen, discriminan negativamente o invisibilizan a las personas.

En el ámbito laboral esto es muy significativo. Usamos constantemente el lenguaje. Creamos formularios donde se pregunta el sexo en vez del género de la persona. Se habla en masculino en contextos totalmente feminizados. Se usa el masculino, que hasta el momento es el genérico, en muchos contextos con la excusa de ahorrar tiempo y espacio. Ya hay cientos de manuales sobre cómo hacer uso del lenguaje, y queda claro que se puede hacer de forma simple.

Algunos manuales de lenguaje incluyente: Manual 1, Manual 2, Manual 3

Así, podemos hablar de “alumnado” en vez de “alumnos y alumnas”. Podemos decir “el equipo de dirección” en lugar de “directores”, etc.

También es común que en los ambientes de trabajo se minusvalore a las personas usando cosas como: “dile a la niña/chica que venga”, cuando se quiere llamar a una enfermera, y en cambio: “dile al enfermero que venga” cuando se trata de un hombre.

O bien, en ambientes de oficina, en los que encontramos muchas mujeres con el puesto de secretaria no es raro escuchar “anda guapa, mándame esto por correo”, cosa que no se suele usar si es un secretario.

Todo esto llena los ambientes de trabajo. El hecho de que sea tan extendido lo dota de la “naturalidad” necesaria para que entre dentro de lo que consideramos “normal”.

El lenguaje sexista se perpetúa a través de refranes, canciones, medios de comunicación, diccionario, cuentos, humor, y ahora el wassap. En nuestro día a día permanecen como parte de nuestro existir. De manera que hay que hacer un esfuerzo consciente para el cambio. Hay que identificar aquel lenguaje que sea sexista y cambiarlo, pararlo, denunciarlo.

Otro ejemplo también lo encontramos cuando se habla de “los barones del PSOE o del PP”, en los partidos políticos españoles. Dándole estatus y poder a la dirección de los partidos, suponiendo que todos son hombres.

Autor: Antonio Martín (revisado el  (20/2/2017)

Aquí queda claro que son hombres vs hombres. La idea que nos deja el lenguaje es esa. Si escuchamos la palabra “barones del PSOE”, ahí no están incluidas las mujeres que hay en la dirección del partido. Y si se piensa en ellas se las ve como “masculinizadas” y se las ridiculiza por eso.

Otro ejemplo es esta demanda de enfermeras y médicos.

Fuente consultada el 7/2/2017

La imagen que se muestra es de dos mujeres. Los apartados arriba usan específicamente médico en masculino y enfermera en femenino. Y aunque en el texto, en un momento inicial se habla de enfermeras o enfermeros, parece que esto está sólo dentro del intento de ser “políticamente correctos”, pues después vuelve a hablar de enfermeras. Y cuando habla de la plantilla de la empresa usan sólo a “los trabajadores”.

Estos son pequeños ejemplos que mandan un mensaje claro, a través de imágenes, textos, etc., que enmarca estereotipos y limita la identificación y visibilización de la diversidad.

Es fundamental eliminar el lenguaje sexista de los entornos de trabajo, de las comunicaciones internas de la empresa, de las ofertas de empleo, pues esto tiene repercusiones negativas para las personas y discrimina.